Capítulo 2
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Biografía de San Agustín en Wikipedia | |
Música: C. Wesley - Pastorale |
Confesiones |
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CAPÍTULO 2 |
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Siendo claras y manifiestas respecto de Dios las cosas más ocultas, qué viene a ser lo que hace el hombre en confesarse a Dios |
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2. Aunque no quisiese yo confesarme, ni descubrirme a Vos, ¿qué cosa puede haber en mí que os sea oculta, Señor, a cuyos ojos están patentes y claros los más profundos y escondidos senos de nuestra conciencia? En tal caso, en lugar de ocultarme a vuestra vista, os alejaría a Vos de la mía. Pero ahora que mis gemidos y llantos testifican que verdaderamente me desagrado a mí mismo, Vos, Señor, os dignáis descubriros resplandeciente a mi alma; Vos sois toda mi complacencia, Vos sois el objeto de mi amor y de mis deseos; para que avergonzándome de mí mismo, me desprecie y deje a mí, y os escoja sólo a Vos, de modo que ya no piense tener gusto en Vos ni en mí que no provenga de Vos. Es certísimo, pues, que Vos, Señor, me conocéis claramente tal como soy; pero ya he dicho antes el provecho que espero sacar de confesarme a Vos. Así, no lo ejecuto con palabras ni voces formadas en mi boca, sino con palabras interiores de mi alma y clamores de mi pensamiento, que llegan a vuestros oídos. Si soy malo, no es otra cosa el confesarlo a Vos, que desagradarme de mí mismo; y si soy bueno, no es otra cosa el confesarlo a Vos que no atribuirme a mí mismo esa bondad, porque Vos sois el que dais vuestra bendición al justo, haciendo Vos mismo que lo sea el que antes era pecador y malo. Así, Dios mío, estas Confesiones que hago delante de Vos, las hago al mismo tiempo callando y no callando, porque si calla el ruido de la voz exterior, no calla mi corazón, ni cesa de clamar. Ni yo hablo ni comunico a los hombres alguna cosa buena que Vos antes no la hayáis oído de mí; ni tampoco pudiera ser que Vos la oyerais de mí si Vos mismo no me la hubierais dicho o inspirado. |
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