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Salvador Rueda

"Una verbena"

Poema Nacional
Canto 4

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Música : Albeniz - Espana - No. 3 - Malagueña
 

Una verbena

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CANTO 4

Por la calle de Toledo 
y al descender de las sombras, 
se oye tumulto de gentes, 
bulle tropel de personas. 
Es que en los sitios lejanos 
que barrios bajos se nombran, 
en donde luce su talle 
la linda chula graciosa, 
y en donde el novio la sigue 
echada a un lado la gorra, 
con el mes de las cosechas
que los racimos sazona, 
llegó la alegre velada, 
la fiesta de la Paloma.

*

Brilla en las torres tendida 
del sol la túnica roja, 
que arrastrada al Occidente 
crestas y cúpulas dora, 
y por el tránsito augusto 
de la fiesta bulliciosa, 
lucen las tiendas flotantes, 
truenan las risas y bromas.

Los ariscos empedrados, 
por sus piedras angulpsas 
van derramando el gentío 
que ya en su seno alborota; 
rebosando las aceras, 
pueblo y pueblo se amontona 
y poco a poco invadida 
la calle, de humanas olas, 
que ya empujan, o ya ruedan, 
o ya avanzan y se chocan, 
lo que empezó larga sierpe 
de escamas deslumbradoras, 
ya, por la gente agrandada, 
es río, torrente, o tromba !

*

¿ Quién pintará tus festines 
¡oh moderna Babilonia! 
con tus intrigas y lances 
y tus enredos e historias?

*

Iluminadas las tiendas, 
á un lado y otro coronan 
con diadenia de reflejos 
el mar de gente que flota. 
Extiéndense á la derecha 
boticas, talleres, lonjas, 
cererías y posadas, 
y mercados y tahonas. 
A la izquierda, largas filas 
de fachadas se eslabonan, 
abigarradas y oscuras 
y carcomidas y rotas. 
Desarrapados pilludos 
acá y allá se convocan 
quién, al paleto burlando 
cuál, al esbirro que ronda 
éste, alarmando el gentío 
aquél, trabando camorra 
y al lado de una taberna 
donde se canta y se toca, 
otros, del talle abrazados, 
bailan al son de las coplas.

*

La casa ilustre de Baco 
galas lucientes adornan, 
y abrillantan sus paredes 
caricaturas vistosas.

Cien rayos de luz que salen 
de dos cristalinas bombas, 
desplegándose en reflejos 
tiemblan en vidrios y copas 
alineadas al frente, 
negras botellas decoran 
en hileras prolongadas 
la estancia deslumbradora; 
enfilados los barriles 
aros con aros se tocan 
brillan las limpias bandejas; 
claro el licor se desborda, 
y en la fuente de alabastro 
que es del mostrador corona, 
un grifo de oro sujeta 
un chorro, que cuando asoma, 
vibra al caer en los vasos 
donde la espuma rebota !

Enfrente, en la opuesta acera, 
detrás de cortina roja 
que dividida en dos bandas 
repliegan cintas y borlas, 
la espléndida barbería 
se destaca brilladora 
y en medio del vivo estruendo 
descubre sus galas todas.

Fuertes sillones ostentan 
sus ñnas pieles lustrosas, 
con truncados espaldares 
que se elevan, y se doblan 
en un rincón la guitarra 
duerme sus sueños de notas, 
deslizando por sus cuerdas 
ayes, lamentos y trovas 
en desorden los cepillos 
la blanca piedra coronan 
lucen vidrios y tijeras 
junto á navajas y pomas: 
radia la luz resplandores 
trina en su jaula una alondra, 
y de los muros se inclinan, 
sujetos de las argollas, 
cuatro espejos, mal velados 
por cuatro tules de rosa.

*

Alegre el pueblo cantando, 
con risa y fiesta alborota; 
y al revolver de una calle 
que va á la de la Paloma, 
y de un casucho saliendo 
de faz desconchada y rota, 
da de pies sobre la acera 
una pareja amorosa, 
mientras tropel de chiquillos 
le forma luciente escolta.

¡ Pare su curso el gentío ! 
¡ lancen requiebros las bocas ! 
¡ todos los ojos a un punto 
lleven miradas ansiosas! 
¡¡siembren el suelo las capas 
a la moderna manola!! 
El chulo que la acompaña 
y es de su cuerpo custodia, 
con fino esmero vestido 
luce su egregia persona. 
Lleva en torno de las sienes, 
donde dos tufos asoman, 
hacia adelante arrollada 
negra y artística gorra 
en la bordada pechera, 
como el cisne esplendorosa, 
claros brillantes despiden 
cien mil reflejos de aurora 
una ajustada chaqueta 
su esbelto cuerpo aprisiona, 
desprovista de alamares, 
y de cintas, y de borlas 
usa pantalón estrecho 
petaca de piel costosa 
pañuelo en que van unidas 
sus iniciales con otras y 
y en los pies que le sostienen 
luce riquísimas botas, 
con ojales, y cordones, 
y costuras primorosas.

Ella, sobre el pie divino, 
sostén de tan bella diosa, 
que por pecar de pequeño 
va penando en cárcel roja, 
lleva un planchado vestido 
de percal, que cuando flota, 
bajo el volante descubre 
randas, trencillas y blondas 
ajusta el talle ondulante, 
que como sierpe se dobla, 
vistoso cuerpo adornado 
de florecillas y hojas; 
rojos corales suspenden 
sus orejas tentadoras, 
lleva enroscadas las trenzas, 
leve sonrisa en la boca, 
y como velo radiante 
que va a envolver su persona, 
un pañolón la cobija, 
en cuyos pliegues se nota 
el iris desmenuzado 
en aves, tallos y rosas!

*

A las puertas de la iglesia, 
y en un espacio que forma 
adelantando de frente, 
la calle que desemboca, 
llena de acordes el viento 
una murga atronadora, 
donde suenan concertados 
flautas, clarines y trompas. 
En los labrados atriles 
están las escritas hojas, 
y un músico, con viveza, 
en una caja redobla; 
tambor y enormes platillos 
al compás truenan y chocan 
los sonoros clarinetes 
suenan con voces gangosas, 
y mil bombas de colores 
movidas del aire flotan, 
al baile dando vislumbres 
fantásticas y dudosas. 
En desorden las parejas 
cubren la explanada toda, 
y a un mismo son van marcando 
las vueltas voluptuosas. 
Cuando unas parejas vuelven, 
otras allá se prolongan, 
y las de aquí se adelantan, 
y las del centro se chocan; 
Tipos diversos y varios 
en todo el baile se notan 
resaltando entre la danza 
un chulo con una moza, 
que por el pincel descritos 
así enlazan sus personas.

*

Sostén haciendo dos manos 
entrelazadas las otras 
talle con talle ceñido 
como razón y memoria 
casi los rostros tocando 
y casi unidas las bocas, 
con pausados movimientos 
y actitudes amorosas, 
lentamente van trazando 
laberintos de mil formas.

Ya el chulo hacia atrás camina 
ya hacia atrás baila la moza 
ya en un punto se detienen 
y dan vueltas presurosas 
ya se aquietan ya de nuevo 
trazan gigante corona 
ya, parando pies y manos, 
los talles mueven y doblan 
ya extasiados se contemplan,
ya de ternuras se colman, 
y siempre en el baile unidos 
con encanto se aprisionan, 
y retroceden, y giran, 
y vienen, y van, y tornan.

Crece el inmenso bullicio, 
y aumentan la batahola, 
el chillido del que juega, 
la risa del que alborota, 
el susurro del que habla, 
y el gritar del que pregona. 
Cuál, invade la carrera 
seguido de alegre ronda, 
con una gaita que gime 
sus hervideros de notas 
quién, de sonora bandurria 
las cuerdas puntea y toca, 
y alegres coplas cantando 
la fiesta aviva y redobla; 
cuál otro, con suma gracia 
va requebrando a las mozas 
que contestan con desaires, 
y con chistes, y con bromas 
éste, los puestos contempla 
el otro, gasta y derrocha 
cuál, a su novia acompaña 
aquél, estruja la bolsa; 
y en el inmenso bullicio 
de la algazara ruidosa, 
todo palpita y ondula, 
bulle, resplandece y choca !

*

Mas ya en el rosado Oriente 
abre sus ojos la aurora, 
que tenue va desgarrando 
los cortinajes de sombra 
sube al cielo el Guadarrama 
su fantástica corona, 
y se oye el bronco silbido 
que da la locomotora; 
desvanécese la luna, 
que cárdena y silenciosa 
rueda al fondo de la noche 
como caída custodia 
las soñolientas campanas 
dan en las torres las horas; 
cantan los gallos lejanos; 
despiértanse las alondras, 
y rechinando las puertas 
se abren cafés y tahonas, 
¡ donde aun los muros alumbran 
las encendidas antorchas!

Dulcemente por los cielos 
entra la luz temblorosa, 
dejando en oro bañadas 
crestas, campiñas y lomas 
crujen las mangas tronantes 
desembocando furiosas 
arcos de perlas que vibran 
y que al rodar se alborotan 
la Puerta del Sol invaden 
coches, carros y personas; 
vienen y van los tranvías; 
a misa en las torres tocan, 
y con su veste inflamada, 
ya vencedor de las sombras, 
avanza el día, que esparce 
¡¡en mil torrentes la aurora!

 

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