Almafuerte, Pedro B. Palacios en AlbaLearning

Almafuerte (Pedro B. Palacios)

"Evangélicas"

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Biografía de Almafuerte, Pedro B. Palacios en AlbaLearning

 
 
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Música: Rodrigo - A la sombra de Torre Bermeja
 
Evangélicas
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1. — No te preocupe la murmuración, nada más que en la parte de la verdad y de razón que ella tenga.

2 — Refiere todos tus actos al bien ajeno; pero, muy pocos de ellos al juicio ajeno.

3. — Sé discreto, prudente y conciliador pero, no tanto, que reniegues de ti mismo.

4. — El que tiene un concepto humano de las cosas, no se debe al que dirán sino a sus propias ideas.

5. — Si alguna llaga tienes, la manera de que no te escueza al rozarte con los demás, no es olcultarla cuidadosamente con algodones; es cauterizarla con hierro ardiendo, por tus propias manos.

6. — No tengas el afán de parecer, sino el afán de ser.

7. — Cualquiera cicatriz es honrosa; porque supone la curación de alguna lacra.

8. — No seas cínico, pero, tampoco seas hipócrita.

9. — Vive convencido de la fatalidad de los malos instintos; pero, reposa tranquilo en el criterio supremo que los esparce sobre la humanidad, como polvo de canela y los combina y equilibra con las mas hermosas tendencias, en el seno de cada hombre.

10. — Que tu alma sea buena, y tu mano llena de suciedades esparcirá perfumes de nardo.

11. — Toda vida molestó siempre a las otras vidas, como todos los del mismo oficio recíprocamente se perjudican; pero, no retrocedas ni por lo que te molesten ni por lo que molestes.

12. — Avanza; que alguno de los caídos se ha de coger de tí, y algunos de los mejormente colocados te han de hacer sitio.

13. — Procede como aquel herrero tu vecino, tan manso, tan honesto, tan misericordioso, que no se preocupa jamás del tintineo ensordecedor con que despierta todas las mañanas al vecindario: ya se amoldarán a tu vida como a su martillo

14. — No seas ciudadano correcto e inofensivo; sé hombre útil y azotador de inútiles y perjudiciales.

15 — Los correctos y los inofensivos son los que no quieren poner nada de lo suyo, ni siquiera ni un minuto de cavilacíón, en la brega humana: los que se rien por dentro de lo mismo que aplauden y fingen respetar ostensiblemente; los que explotan el sudor de los demás, como los malos clérigos el sacrificio de Jesús.

16. — Ellos, los correctos y los inofensivos, son los que viven a la sombra de un orden de cosas establecido, sin tener siquiera la nobleza de defenderlo: los que aguardan en silencio la implantación definitiva de cualquier reforma, para presentarse después, con el plato en la mano, a recibir su parte de pitanza; los que han descubierto que la vida de pasividad es la más cómoda; aunque se desobedezca al Nerón más atrabiliario: los canfinfleros del dolor eterno.

17. — Es cierto que se trabaja para trabajar, pero, eso de no trabajar no es nada más que una esperanza que no tiene otra realidad que la de permanecer siempre delante de nuestros ojos, a la misma distancia y con la misma sonrisa alentadora.

18. — ¡Quien sabe qué lejanísimo Mesías será ei usufructuario de toda la labor y todas las lágrimas humanas!

19. — Trabaja, pues; para que alguien a quien no verás nunca, no trabaje más.

20.— Lucha contra tus propias imperfeciones, que no son nada más que las imperfecciones de todos, para que surja al cabo de los tiempos, el hombre perfecto, la humanidad luz.

21.— No rehuyas el dolor; porque el dolor está en todas partes, como las olas en el Océano y el fuego en mitad del incendio.

22.— Obedece a tus primeros generosos impulsos aunque al dolor te lleven: sábete que cada obra buena realizada en beneficio de la especie, repercute en los siglos, pone un ladrillo más en la gran torre de Babel que estamos reedificando.

23. — Eres un conscripto a quien se le viste y da de comer, no por él mismo, sino por lo que se le necesita para otros objetos.

24. — Si has nacido para rebelarte contra lo injusto, rebélate contra lo que te parezca injusto aunque realmente no lo sea; porque eso es una prueba de tu espíiritu de justicia.

25. —Y no hagas al respecto mucha reflexión; porque la reflexión no es nada más que el espacio dubitante entre ei impulso y el hecho, y porque después de cierto orden de reflexiones el hombre sale más bestia que antes; aprovecha ios relámpagos de alta humanidad que iluminen tu alma y procede sin vacilaciones.

26. — No habas como aquellos que se mutilan por miedo a los hijos; sé padre de algo.

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