Miguel de Cervantes en AlbaLearning

MIGUEL DE CERVANTES

"La española inglesa - The spanish-english lady"

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Biografía de Miguel de Cervantes Saavedra en AlbaLearning 
LA ESPAÑOLA INGLESA ESPAÑOLAUDIO 
THE SPANISH-ENGLISH LADY English text
   
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LA ESPAÑOLA INGLESA
(pag 2)
THE SPANISH ENGLISH LADY
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Quedó Isabela como huérfana que acaba de enterrar sus padres y con temor que la nueva señora quisiese que mudase de costumbres en que la primera la había criado. En fin, se quedó, y de allí a dos días Ricaredo se hizo a la vela, combatido, entre otros muchos, de dos pensamientos que le tenían fuera de sí. Era el uno considerar que le convenía hacer hazañas que le hiciesen merecedor de Isabela, y el otro que no podía hacer ninguna si había de responder a su cathólico intento que le impedía no desenvainar la espada contra cathólicos; y si no la desembainaba había de ser notado de christiano, o de cobarde, y todo esto redundaba en perjuicio de su vida y en obstáculo de su pretensión. Pero, en fin determinó posponer al gusto de enamorado el que tenía de ser cathólico, y en su corazón pedía al cielo le deparase ocasiones donde, con ser valiente, cumpliese con ser christiano, dejando a su reina satisfecha, y a Isabela merecida.   Isabella felt like an orphan whose parents have just been buried, and dreaded lest her new mistress should make her abandon the rule of life in which she had been brought up. Two days afterwards, Richard put to sea, distracted among many other sources of incertitude by two reflections—one was that he had to perform exploits by which he might merit Isabella's hand; and the other, that he could perform none without violating his conscience as a catholic, which forbade him to draw his sword against those of his own faith, but unless he did so, he should be denounced as a catholic or as a coward, to the peril of his life and his hopes. But, in fine, he determined to postpone his inclinations as a lover to his duty as a catholic, and in his heart he prayed heaven to send him occasions in which he might show himself at once valiant and a true Christian,—might satisfy his queen and merit Isabella.
Seis días navegaron los dos navíos con próspero viento, siguiendo la derrota de las islas Terceras, paraje donde nunca faltan o naves portuguesas de las Indias Orientales o algunas derrotadas de las Occidentales. Y al cabo de los seis días, les dio de costado un recísimo viento, que en el mar Océano tiene otro nombre que en el Mediterráneo donde se llama «Mediodía». El cual viento fue tan durable y tan recio que, sin dejarles tomar las islas, les fue forzoso correr a España; y junto a su costa, a la boca del estrecho de Gibraltar, descubrieron tres navíos: uno poderoso y grande y los dos pequeños. Arribó la nave de Ricaredo a su capitán para saber de su general si quería embestir a los tres navíos que se descubrían. Y antes que a ella llegase, vio poner sobre la gavia mayor un estandarte negro. Y llegándose más cerca, oyó que tocaban en la nave clarines y trompetas roncas, señales claras o que el general era muerto o alguna otra principal persona de la nave.   For six days the two vessels sailed with a prosperous wind, shaping their course for the Western Islands, for, in that direction they could not fail to fall in with Portuguese East India men, or vessels returning from the West Indies; but on the seventh day the wind became contrary and continued that way so long that they could not make the islands, but were forced to run for the coast of Spain. On nearing it at the entrance of the straits of Gibraltar, they discovered three vessels, one very large and two small. Richard steered towards his commander's ship to know if it was his intention they should attack the three vessels just discovered; but on nearing it, he saw them hoist a black flag, and presently he heard a mournful sound of trumpets, indicating that either the general or one of his chief officers was dead.
Con este sobresalto llegaron a poderse hablar, que no lo habían hecho después que salieron del puerto. Dieron voces de la nave capitana, diciendo que el capitán Ricaredo pasase a ella porque el general la noche antes había muerto de una apoplejía. Todos se entristecieron sino fue Ricaredo, que le alegró; no por el daño de su general, sino por ver que quedaba él libre para mandar en los dos navíos, que así fue la orden de la reina, que faltando el general, lo fuese Ricaredo. El cual con presteza se pasó a la capitana, donde halló que unos lloraban por el general muerto y otros se alegraban con el vivo. Finalmente, los unos y los otros le dieron luego la obediencia, y le aclamaron por su general con breves ceremonias; no dando lugar a otra cosa dos de los tres navíos que habían descubierto. Los cuales, desviándose del grande, a las dos naves se venían.   When he came within hail, which had not before been the case since they put to sea, there was a call from the leading ship for Captain Richard to come on board, as their general had died of apoplexy the preceding night. Sad as this news was, Richard could not help being glad, not of his admiral's death, but at finding himself in command of both ships, according to the Queen's orders for the contingency which had occurred. He went on board the flag-ship where he found some lamenting the old commander, and some rejoicing over the new one; but all promised him obedience, yet proclaimed him general with short ceremony, not having time for longer, for two out of the three vessels they had discovered had quitted the third and were bearing down upon them.
Luego conocieron ser galeras, y turquescas, por las medias lunas que en las banderas traían, de que recibió gran gusto Ricaredo, pareciéndole que aquella presa, si el cielo se la concediese, sería de consideración, sin haber ofendido a ningún cathólico. Las dos galeras turquescas llegaron a reconocer los navíos ingleses, los cuales no traían insignias de Inglaterra, sino de España, por desmentir a quien llegase a reconocellos, y no los tuviese por navíos de corsarios. Creyeron los turcos ser naves derrotadas de las Indias, y que con facilidad las rendirían. Fuéronse entrando poco a poco, y de industria los dejó llegar Ricaredo, hasta tenerlos a gusto de su artillería, la cual mandó disparar a tan buen tiempo que con cinco balas dio en la mitad de una de las galeras con tanta furia que la abrió por medio toda. Dio luego a la banda y comenzó a irse a pique, sin poderse remediar. La otra galera, viendo tan mal suceso, con mucha priesa le dio cabo y le llevó a poner debajo del costado del gran navío. Pero Ricaredo, que tenía los suyos prestos y ligeros, y que salían y entraban como si tuvieran remos, mandando cargar de nuevo toda la artillería, los fue siguiendo hasta la nave, lloviendo sobre ellos infinidad de balas.   They at once made them out by the crescents on their flags to be Turkish galleys, to the great delight of Richard, who believed that with the help of Heaven he should make an important capture without prejudice to his religion. The two galleys came up to reconnoitre the English ships, which had not shown their national colours but those of Spain, in order to baffle those who might overhaul them, and prevent their recognising them as war cruisers. The Turks mistook them for trading vessels from India, and made sure of capturing them with ease. Richard took care to let them approach till they were well within range of his guns, which he let fly at them so opportunely, that with a single broadside he disabled one of the galleys, sending five balls through her middle and nearly cutting her in two. She immediately heeled over and began to founder; the other galley made haste to take her in tow, in order to get her under the lee of the large ship; but Richard, whose ships manoeuvred as rapidly as if they were impelled by oars, having reloaded his guns, pursued the retreating galleys, pouring upon them an incessant shower of balls.
Los de la galera abierta, así como llegaron a la nave, la desampararon, y con priesa y celeridad procuraban acogerse a la nave. Lo cual visto por Ricaredo, y que la galera sana se ocupaba con la rendida, cargó sobre ella con sus dos navíos, y sin dejarla rodear, ni valerse de los remos, la puso en estrecho; que los turcos se aprovecharon ansimismo del refugio de acogerse a la nave, no para defenderse en ella, sino para escapar las vidas por entonces.   The crew of the crippled galley having clambered on board the large ship, Richard poured such a cross fire from his two ships on her consort, that she could neither use sails nor oars, and the Turks on board her, following the example of their comrades, took refuge in the large ship, not with the intention of defending her, but for the momentary safety of their lives.
Los christianos, de quien venían armadas las galeras, arrancando las branzas y rompiendo las cadenas, mezclados con los turcos, también se acogieron a la nave. Y como iban subiendo por su costado, con la arcabucería de los navíos, los iban tirando como a blanco; a los turcos no más, que a los christianos mandó Ricaredo que nadie los tirase. Desta manera casi todos los más turcos fueron muertos, y los que en la nave entraron por los christianos que con ellos se mezclaron, aprovechándose de sus mismas armas, fueron hechos pedazos; que la fuerza de los valientes, cuando caen, se pasa a la flaqueza de los que se levantan. Y así, con el calor que les daba a los christianos pensó que los navíos ingleses eran españoles, hicieron por su libertad maravillas.   The Christian galley-slaves broke their chains, and mingling with the Turks also boarded the large ship, but as they were in danger from the musquetry of Richard's two ships as they were swarming up the side, he gave orders to cease firing on Turks and Christians alike. The former, however, had already lost the great part of their numbers, and the rest were cut to pieces with their own weapons by the revolted slaves, who, thinking the two English ships were Spanish, did marvels for the recovery of their freedom.
Finalmente, habiendo muerto casi todos los turcos, algunos españoles se pusieron a borde del navío, y a grandes voces llamaron a los que pensaban ser españoles que entrasen a gozar el premio del vencimiento. Preguntóles Ricaredo en español que qué navío era aquél. Respondiéronle que era una nave que venía de la India de Portugal, cargada de especería, y con tantas perlas y diamantes que valía más de un millón de oro, y que con tormenta había arribado a aquella parte, toda destruida y sin artillería por haberla echado a la mar; la gente enferma y casi muerta de sed y de hambre; y que aquellas dos galeras, que eran del corsario Arnautemamí, el día antes la habían rendido, sin haberse puesto en defensa. Y que, a lo que habían oído decir, por no poder pasar tanta riqueza a sus dos bajeles, le llevaban a jorro para meterla en el río de Larache, que estaba allí cerca. Ricaredo les respondió que si ellos pensaban que aquellos dos navíos eran españoles, se engañaban; que no eran sino de la señora reina de Inglaterra, cuya nueva dio que pensar y que temer a los que la oyeron, pensando, como era razón que pensasen, que de un lazo habían caído en otro. Pero Ricaredo les dijo que no temiesen algún daño, y que estuviesen ciertos de su libertad con tal que no se pusiesen en defensa.   At last, when nearly all the Turks were killed, some Spaniards shouted from the deck to their supposed countrymen to come on board and enjoy the fruits of their victory. Richard asked them in Spanish what ship was that? They replied that she was a Portuguese ship from the West Indies, freighted with spices, and with such a quantity of diamonds and pearls that she was worth a million. She had been driven into those latitudes by a storm, much damaged, with all her guns thrown overboard, and her crew almost perishing of hunger and thirst. In that condition, being unable to make any resistance, she had been captured the day before by these two galleys, which belonged to the corsair Arnaut Mami, and which not having stowage room for her great cargo, had taken her in tow to convey her to the river Larache. Richard apprised them, in return, that if they supposed his two vessels were Spanish, they were greatly mistaken, for they belonged to the Queen of England. This information astonished and alarmed them, making them fear that they had escaped from one rock to founder on another; but Richard told them they had nothing to fear, and that they might rely on obtaining their liberty, provided they did not make any defence.
—Ni es posible ponernos en ella —respondieron—, porque, como se ha dicho, este navío no tiene artillería, ni nosotros armas; así que, nos es forzoso acudir a la gentileza, y liberalidad de vuestro general. Pues será justo que quien nos ha librado del insufrible cautiverio de los turcos, lleve adelante tan gran merced y beneficio, pues le podrá hacer famoso en todas las partes, que serán infinitas, donde llegare la nueva desta memorable victoria y de su liberalidad, más de nosotros esperada que temida.   "It would be impossible for us to do so," they said, "for as we have told you, we have neither cannon nor other arms, and have no choice but to throw ourselves upon the generosity of your general. Since he has freed us from the intolerable yoke of the Turks, let him enhance his good work by an act which will exalt his fame all over the world wherever the news reaches of this memorable victory and his magnanimity."
No le precieron mal a Ricaredo las razones del español. Y llamando a consejo a los de su navío, les preguntó cómo haría para enviar a todos los christianos a España sin ponerse a peligro de algún siniestro suceso, si el ser tantos les daba ánimo para levantarse. Pareceres hubo que los hiciese pasar uno a uno a su navío, y así como fuesen entrando, debajo de cubierta, matarle; y desta manera, matarlos a todos y llevar la gran nave a Londres sin temor ni cuidado alguno.   Richard lent a favourable ear to this request, and immediately called a council of his officers to consider what might be the best means of sending all the Christians to Spain, without incurring any risk from them, should their numbers encourage them to rise and attempt to overpower his crews. There were some who suggested that they should be brought on board one by one, and put to death as they entered.
A eso respondió Ricaredo: —Pues que Dios nos ha hecho tan gran merced, en darnos tanta riqueza, no quiero corresponderle con ánimo cruel y desagradecido, ni es bien que lo que puedo remediar con la industria, lo remedie con la espada.Y así, soy de parecer que ningún christiano cathólico muera; no porque los quiero bien, sino porque me quiero a mí muy bien, y querría que esta hazaña de hoy, ni a mí, ni a vosotros, que en ella me habéis sido compañeros, nos diese mezclado con el nombre de valientes, el renombre de crueles; porque nunca dijo bien la crueldad con la valentía. Lo que se ha de hacer es que toda la artillería de un navío destos se ha de pasar a la gran nave portuguesa, sin dejar en el navío otras armas, ni otra cosa más del bastimento; y no alejando la nave de nuestra gente la llevaremos a Inglaterra, y los españoles se irán a España.   "No," said Richard; "since by God's grace we have obtained so rich a prize, I will not betray my ingratitude by such an act of cruelty. It is never well to have recourse to the sword, when, with a little forethought, the end may be secured by other means. I will, therefore, not have any Catholic Christian put to death, not that I care so much for them, but for my own sake and for yours, for I would not have the honour of our victory tarnished by cruelty. My orders are, then, that the crew of one of our ships, with all her guns and arms and the greater part of her stores, be put on board the large Portuguese vessel, which we will then take to England, and leave the Spaniards to return home on ours."
Nadie osó contradecir lo que Ricaredo había propuesto; y algunos le tuvieron por valiente y magnánimo, y de buen entendimiento; otros le juzgaron en sus corazones por más cathólico que debía.   No one ventured to contravene this proposal, which to some appeared equally magnanimous and judicious, while others in their hearts condemned it as showing an undue leaning towards the Catholics.
Resuelto, pues, en esto, Ricaredo pasó con cincuenta arcabuceros a la nave portuguesa, todos en alerta, y con las cuerdas encendidas. Halló en la nave casi trescientas personas de las que habían escapado de las galeras. Pidió luego el registro de la nave, y respondióle aquel mismo que desde el borde le habló la vez primera que el registro le había tomado el corsario de los bajeles, que con ellos se había ahogado.   Taking with him fifty arquebusiers Richard went on hoard the Portuguese ship, in which he found about three hundred persons, who had escaped out of the galleys.
Al instante, puso el torno en orden y, acostando su segundo bajel a la gran nave, con maravillosa presteza y con fuerza de fortísimos cabrestrantes, pasaron la artillería del pequeño bajel a la mayor nave. Luego, haciendo una breve plática a los christianos, les mandó pasar al bajel desembarazado, donde hallaron bastimento en abundancia, para más de un mes y para más gente. Y así, como se iban embarcando, dio a cada uno cuatro escudos de oro españoles que hizo traer de su navío, para remediar en parte su necesidad cuando llegasen a tierra, que estaba tan cerca que las altas montañas de Abila y Calpe desde allí se parecían.   He immediately had the vessel he intended to discharge brought alongside, and had its guns brought on board. Then making a short speech to the Christians, he ordered them to pass into the discharged vessel, where they found stores enough for more than a month and for a greater number of people; and as they embarked he gave each of them four Spanish crowns, which he sent for to his own ship, in order partly to relieve their wants when they reached land, which was not far off; for the lofty mountains of Abyla and Calpe were in sight.
Todos le dieron infinitas gracias, por la merced que les hacía. Y el último que se iba a embarcar, fue aquel que por los demás había hablado, el cual le dijo:   They all thanked him heartily for his generous behaviour, and when they were nearly all embarked, the same person who had first spoken to him from the deck of the ship, addressed him,
—Por más ventura tuviera, valeroso caballero, que me llevaras contigo a Inglaterra, que no me enviaras a España; porque aunque es mi patria, y no habrá sino seis días que della partí, no he de hallar en ella otra cosa que no sea de ocasiones de tristezas y soledades mías. Sabrás, señor, que en la pérdida de Cádiz, que sucedió habrá quince años, perdí una hija que los ingleses debieron de llevar a Inglaterra, y con ella perdí el descanso de mi vejez y la luz de mis ojos; que después que no la vieron nunca han visto cosa que de su gusto sea. El grave descontento en que me dejó su pérdida, y la de la hacienda, que también me faltó, me pusieron de manera que ni más quise, ni más pude, ejercitar la mercancía, cuyo trato me había puesto en opinión de ser el más rico mercader de toda la ciudad. Y así era la verdad, pues fuera del crédito que pasaba de muchos centenares de millares de escudos, valía mi hacienda, dentro de las puertas de mi casa más de cincuenta mil ducados, todo lo perdí, y no hubiera perdido nada como no hubiera perdido a mi hija. Tras esta general desgracia, y tan particular mía, acudió la necesidad a fatigarme, hasta tanto que no pudiéndola resistir, mi mujer y yo, que es aquella triste que allí está sentada, determinamos irnos a las Indias, común refugio de los pobres generosos. Y habiéndonos embarcado en un navío de aviso seis días hace, a la salida de Cádiz, dieron con el navío estos dos bajeles de corsarios y nos cautivaron; donde se renovó nuestra desgracia y se confirmó nuestra desventura; y fuera mayor, si los corsarios no hubieran tomado aquella nave portuguesa que los entretuvo, hasta haber sucedido lo que él había visto.   "You would do me a greater service, valorous sir, in taking me with you to England than in sending me to Spain; for, though it is my country, and it is but six days since I left it, I have nothing to look for there but grief and desolation. "You must know, señor, that at the sack of Cadiz which happened about fifteen years ago, I lost a daughter, whom the English carried away with them to England, and with her I lost the comfort of my age and the light of my eyes, which since she passed from their sight, have never seen anything to gladden them. Grief for this calamity and for the loss of my property, of which I was also despoiled, so overcame me that I was no longer able or willing to apply myself to commerce, in which I had been so successful that I was commonly reputed to be the richest merchant in our whole city; and so indeed I was, for, besides my credit, which was good for many hundred thousand dollars, my estate was worth more than fifty thousand ducats. I lost all; yet all my losses would have been nothing had I not lost my daughter. After the general calamity and my own, want pressed me so hard, that not being able to bear up against it, myself and my wife—that woe-begone creature sitting yonder—determined to emigrate to the Indies, the common refuge of the well-born poor. We embarked six days ago in a packet-ship, but just outside the harbour of Cadiz we were captured by those two corsairs. This was a new addition to our affliction; but it would have been greater had not the corsair taken this Portuguese ship, which fortunately detained them until you came to our rescue."
Preguntóle Ricaredo, cómo se llamaba su hija. Respondióle, que Isabel. Con esto, acabó de confirmarse Ricaredo en lo que ya había sospechado, que era que el que se lo contaba era el padre de su querida Isabela. Y sin darle algunas nuevas della, le dijo que de muy buena gana llevaría a él y a su mujer a Londres, donde podría ser que hallasen nuevas de la que deseaban.   In reply to Richard's question what was his daughter's name, the Spaniard said it was Isabella. This confirmed the suspicion which Richard had all along entertained, that the person before him was the father of his beloved mistress. Keeping this fact to himself, he told the Spaniard that he would willingly take him and his wife to London, where possibly they might obtain some intelligence about their child.
Hízolos pasar luego a su capitana; poniendo marineros y guardas bastantes en la nao portuguesa. Aquella noche alzaron velas y se dieron priesa a apartarse de las costas de España porque el navío de los cautivos libres... entre los cuales también iban hasta veinte turcos, a quien también Ricaredo dio libertad, por mostrar que más por su buena condición y generoso ánimo se mostraba liberal que por forzarle amor que a los cathólicos tuviese. Rogó a los españoles que en la primera ocasión que se ofreciese diesen entera libertad a los turcos, que ansimismo se le mostraron agradecidos.   Taking them both on board his flag-ship, and having sufficiently armed and manned the Portuguese galleon, he set sail that night, avoiding the coast of Spain as much as possible, lest he should be intercepted in consequence of! information given by the liberated captives. Among the latter there were some twenty Turks, to whom also Richard granted freedom, to show that his conduct had been the result simply of his generous disposition, and not of any secret leaning to the Catholics: and he asked the Spaniards to set the Turks at liberty upon the first opportunity.
El viento, que daba señales de ser próspero y largo, comenzó a calmar un tanto, cuya calma levantó gran tormenta de temor en los ingleses que culpaban a Ricaredo y a su liberalidad, diciéndole que los libres podían dar aviso en España de aquel suceso; y que si a caso había galeones de armada en el puerto, podían salir en su busca y ponerlos en aprieto, y en término de perderse. Bien conocía Ricaredo que tenían razón; pero venciéndolos a todos con buenas razones, los sosegó. Pero más los quietó el viento, que volvió a refrescar de modo que, dándole todas las velas, sin tener necesidad de amainallas, ni aun de templallas, dentro de nueve días se hallaron a la vista de Londres, y cuando en él, victoriosos volvieron, habría treinta días que dél faltaban.   The wind, which had blown fresh and fair at first, died away into a calm, to the dismay of the English, who murmured against Richard's unseasonable generosity, saying, that the liberated captives might give information of what had happened, and that if there chanced to be armed galleons in port, they might sally out and intercept them. Richard knew that this was quite true, but strove to allay their fears in the best way he could. But what availed with them more than all his arguments, was that the wind sprang up again, so that they crowded all sail, and in nine days reached London, from which they had been only a month absent on their cruise.
   
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