María Josefa San Juan Estupiñán de Novas en AlbaLearning

María Josefa San Juan Estupiñán de Novas

"Tomás y el desván"

9. Tomasito tiene casa nueva

María Josefa San Juan Estupiñán de Novas

 
 
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Música: Mozart (Menuet)
 
Tomás y el desván
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Tomasito tiene casa nueva

El canto de las aves y uno que otro ladrido de los perros de los vecinos de la casa del fondo,  que comunica con la avenida de Palisade, más  consecuencias también de un hermoso sol entrando por la ventana…  hicieron que los habitantes de aquél pequeño mundo llamado Desván, comienzaran a despertar y aunque las noticias a veces no llegan, esta vez, la inconfundible voz de doña Caruca les llega desde abajo, al hablarle a Teté por teléfono desde la cocina… Todos de inmediato prestaron atención. La doña hablaba con Teté, que estaba en la escuela…

- ¡Si, es verdad!,  tu papá vió una casa en la Ferretería  de la Cadena Channel que queda en Fairview; le gustó mucho; el único pero, la única objeción es que es un poco costosa, más es necesario adquirirla, Tomasito necesita su casita.

La mañana pasó y al regreso de la escuela y del trabajo, Teté y su papá don Félix fueron jubilosos rumbo a Channel, la ferretería, en busca de la casita para Tomy, y la trajeron, instalándola al pie de la escalera que va de la cocina al pasillo que lleva al patio, debajo de la ventana y junto a la pared que da al cuarto de las calderas de vapor, para que le dé calorcito y se sienta bien cuando la temperatura baje.

Doña Caridad, amante como era especialmente de los felinos, se tomó todo el cuidado del mundo en arreglarle la casita con mantas, cojines..., de modo que se sintiera muy bien en la misma.  Ella recordaba tanto a sus amiguitos, que al salir al “Destierro” tuvo que dejar atrás, ¡todavía dolía, a pesar de tantos años!  Ella quería que este pequeño estuviera confortable.

En el Desván cuchicheaban...

- ¡Qué suerte tiene Tomasito, tener su casa propia!

Los primeros días fueron una delicia… ¡Escobita nueva, barre bien!, y nuestro jovencito Tomy no hacía más que darse un paseíto y virar enseguida a descansar. En esos días casi no vió a Cleopatra, porque estaba tan emocionado con su nueva casa  que no quería irse lejos; se mantenía casi todo el tiempo en su interior.

El idilio de la casa nueva no duró mucho; pasados unos veinte o veinticinco días, Tomás, en sus incursiones al parque, se topó con otro felino que era tan igualito… pero tan igualito a Tomás que tal parecía su Clone, o doble.

Tomasito, ni corto ni perezoso, lo invitó a su casa, ¿y qué creen ustedes que sucedió?, que inmediatamente que Tomasito olfateó el olor de su nuevo amigo dentro de su flamante casa,  la repudió, la abandonó y no hubo ser alguno que lograra hacerlo entrar de nuevo en ella. Si alguien intentaba entrarlo por la fuerza…  inmediatamente que lo soltaba, él huía,  se escapaba.

¡Tomas, estaba de nuevo sin casa! Tomás durmió afuera, en el columpio de Teté, por algunas semanas, mas el Otoño con sus bajas temperaturas amenazaba…  estaba cerca. Las hojas de los árboles ya se pintaban de un verde claro, amarillo verdoso; pronto todo estaría cubierto de un naranja rojizo que le daba magia y encanto al paisaje, pero que te hacía sentir vulnerable cuando estabas afuera,  a la intemperie. Don Félix se preocupaba al igual que doña Caruca… él practicaba como pasatiempo la Carpintería, esa era su afición y levantando la cabeza dijo:

- Hay que fabricarle una casa a Tomás.

Se fue a la Ferretería Channel y allí compró maderas, material para proteger del frío, cartón tabla para los interiores, clavos, y armado de una sierra y un buen martillo, se dispuso a darle comienzo a su obra: fabricarle una casa a Tomás. Esta vez sería más espaciosa, y toda protegida contra el frío.

Tomasito siempre inteligente y dócil, ésta vez comprendió y aceptó  de buen grado que la casa era para él… en agradecimiento le daba besitos a don Félix y a doña Caridad, por supuesto también a Mimí y a Teté que se pasaban la vida acariciándolo y jugando con él.

Los días habían pasado y el Desván  estaba increíblemente tranquilo…; ni siquiera porque en las limpiezas de Otoño, preparándose para el día de “ACCION de GRACIAS“ hubo mucho entra y sale, y doña Caridad había mandado al Desván algunos adornos desechados y uno que otro mueble, sin embargo no habían historias nuevas. Más esta mañana… ¡el Desván se alborotó!

- ¡Este Tomás es tremendo!  ¿No sabes lo que hizo? ¿No sabes lo que oí?, dijo la Escoba. Doña Caruca y don Félix están muy enojados con Tomasito. ¡El muy majadero ha vuelto a las andadas!, ha vuelto a traer nuevos felinos que recogió en el parque a su casita… Y ya todos sabemos lo que eso significa… ¡Tomás se queda sin casa otra vez!

Esa noche, la familia como era la costumbre se reunió en la mesa para cenar, mientras lo hacían hablaron sobre el problema de Tomás. Ellos se preocupaban  porque el invierno con sus temperaturas frías, severas y frías, iban a ser inaceptables para Tomás; él no podía continuar afuera… ¡Qué dilema!, ya en la casa habían dos felinos que no se llevaban bien… Cleopatra  y Peluchín. Solucionar el problema de Tomasito…¡No iba a ser fácil!

Las sombras de la noche como niebla color humo, iban lentamente envolviendo  el Desván. El rico olor a comida casera hecha con amor llegaba desde abajo invitando al festín…  las voces, cada vez se escuchaban más bajitas  y lejos… ya nuestros ojos se iban cerrando por el sueño… ¡Hasta mañana!

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Cuentos Infantiles y Juveniles