María Josefa San Juan Estupiñán de Novas en AlbaLearning

María Josefa San Juan Estupiñán de Novas

"Tomás y el desván"

8. El arribo de la primavera

María Josefa San Juan Estupiñán de Novas

 
 
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Música: Mozart (Menuet)
 
Tomás y el desván
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El arribo de la primavera

Por la abierta ventana, sentí  las conocidas melodías que producían al llegar a nuestro patio el bello y rojo  Cardinal y el Azul y pretensioso pájaro del Amor, los que alegremente entonaban sus melodías para nuestra  emoción al anunciar sus llegadas o iban hacia sus destinos y hacían un alto en el camino.

Se posaron en la abierta ventana y  exclamaron

- ¡Hola! ¿Qué se cuenta por aquí? ¿Ningún cuento nuevo?

Ellos eran algo así como una especie de librería ambulante, cada año, nos intercambiaban  sus historias nuevas  por las nuestras.

EL Cardinal  es un ave bella, parece una llama flameante que camina, emboscado en un antifaz negro, si es macho y gris, si es hembra. Se alimentan de semillitas, nueces, vegetales. Cuando llegan al patio, no se están tranquilos y vuelan y dan salticos de un arbusto al otro, especialmente a la “Parra”  que el “Patriarca” de al lado  natural de Italia, soícito y en política del buen vecino, le ofreció a doña Caruca, y le sembró una  parra, para que disfrutara de las uvas que se cosechaban.

Esta familia procesaba su propio vino tinto, del que gentilmente cada día a las 4 de la tarde brindaban un rico vaso  a doña Caruca. Pues bien ese Cardinal que a lo mejor venía desde el Canadá, cansado y con hambre, se solazaba en la vid, se entonaba tres o cuatro  melodías para nuestro disfrute…  colectaba tres o cuatro cuentos  nuevos y listo,  emprendía su camino quizás hasta México, pero antes visitaba al viejo “Maple”, al viejo Rosal de doña Caruca, que aún no tenía rosas…  no hasta mayo…  Así en el disfrute de  su libertad, pues está protegido por la “Sociedad Nacional de las Aves” y el enjaularlos está penado, sigue él consciente y encantado de saber y ser…¡libre, como el viento!

El Pájaro Azul, en cambio consciente de su belleza, de su inteligencia, de su recta vida y principios sociales dentro de sus  congéneres, porque sabía que su fama de serle fiel a su pareja de por vida le ha ganado el sobre nombre de ”Ave del Amor", de "La Felicidad”, que no es fiero, porque solamente se alimenta de vegetales, semillitas y uvas las cuales le encantan…  si hay escasez de esto, se limita a comer Caterpillar, grillos y otros insectos. Todo esto ha hecho que se haya vuelto medio vanidoso y así a los rayos del sol se complace en abrir sus alitas  como abanicos y dejarlas relumbrar con aquel azul vitral que es tan elegante. Dicen que los Indios Navajos cuentan que ellos son el espíritu de un Dios  que vive en la montaña.

En este casi ritual que dura más o menos unas 12 horas, y ya listos para emprender el vuelo, se asoman a la ventana  y después de despedirse efusivamente del plumero francés…  de Ágata y celebrarle  lo bien que mantiene sus plumas, elevando el vuelo agitaron el ala derecha  gritando con júbilo… ¡Hasta la vista Amigos¡

El desván estaba inquieto… la historia sobre Tomasito los había enternecido y al mismo tiempo preocupado.

El  Cardinal dijo que al aproximarse a la Cofradía del Parque, escuchó la historia que allí se contaba:

Los amigos humanos de Tomasito … lo echaron de menos…  más ellos imaginaron que la familia que lo tenía, se había ido del barrio, llevándose a Tomás. Recuerdan… Tomás era algo así como un “Misterio“, nadie sabía ¿en cuál casa vivía?, y  lo que sucedió fue que al bajar la temperatura  mucho, mucho,  un día Tomasito  dicen ellos, corrió y corrió, de una esquina a la otra  buscando dónde encontrar abrigo… y lleno de pánico se escondió en el primer sótano que vió abierto, allí quedó atrapado por temor a ser visto y desalojado a la calle. Cuenta el mismo Tomasito que fueron días horribles… Él era un Felino y su organismo no estaba preparado para invernar… él no era un oso.

Fueron días muy largos en aquella obscuridad y sólo pudo comer uno que otro ratoncillo que a duras penas pudo cazar, pues las fuerzas casi le abandonaban,  más ¡por fin! llegó el día en que la puerta de aquel sótano se abrió y...

- A duras penas me arrastré hasta la salida que daba al patio de mi buena amiga doña Caridad. 

- ¡TOMY!, exclamó ella al verme:  ¿Dónde estabas?

Casi no podía caminar; había perdido mucho peso y su mirada estaba turbia, nublada… aquellos hermosos ojos color ámbar,  ¡no tenían vida!… y al andar caminaba como si estuviera borracho… tambaleándose.

Me contaron que doña Caridad derramó muchas lágrimas, no comprendía la crueldad hacia los animales y tomándolo en sus brazos con ternura, lo entró a la casa para auxiliarlo, dándole mucho cariño y por supuesto su comidita, que en este día fue especialmente nutritiva.

Ella estaba contenta de haber sido ella la que encontrara  a Tommy, las muchachitas hubieran pasado un mal rato.

- Mira todo lo que nos hemos perdido aquí  encerrados, dijo el Piano. ¡Miren todo lo que había pasado, y nosotros aquí…  encerrados, ajenos!, sin saber una palabra.  ¡Pobre Tomasito!,  tan caritativo que es y ya ustedes ven que mal rato pasó… !Su vida estuvo en peligro!

Pepe el espantapájaros,  dijo en alta voz:

- Bueno, debemos deducir de todo esto,  que Tomás al contrario de lo que todos creíamos  ¡No tiene casa!

Chiquita Banana exclamó:

- ¡Oh, eso es horrible!

Todos quedaron compungidos, tristes, la historia había sido demasiado dramática y dolorosa para ellos.

Las ùltimas luces del día  se retiraban, para dejar que la Luna, en su carruaje de Plata  comenzara a perseguir a Osiris que huía en su carruaje de Oro a prisa,  para que las estrellas que ya esperaban impacientes pudieran tachonar con  sus luces de plata aquel cielo  azul de media noche,  primaveral…  y que el polvo esparcidos por ellas,  invitara al sueño cayendo suavemente sobre nuestra ciudad y el desván de doña Caridad

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Cuentos Infantiles y Juveniles