Santa Teresa de Jesús

SANTA TERESA DE JESÚS

"Camino de perfección"

Capítulo 13

 

Biografía de Santa Teresa de Jesús en Wikipedia 

 

CAMINO DE PERFECCIÓN

Cap. 13

 
 
 
Capítulo 13

Prosigue en la mortificación, y cómo ha de huir de los puntos y razones del mundo para llegarse a la verdadera razón.

 

1. Muchas veces os lo digo, hermanas, y ahora lo quiero dejar escrito aquí, porque no se os olvide, que en esta casa, y aun toda persona que quisiere ser perfecta, huya mil leguas de "razón tuve", "hiciéronme sinrazón", "no tuvo razón quien esto hizo conmigo"... De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro buen Jesús sufriese tantas injurias y se las hiciesen y tantas sinrazones? La que no quisiere llevar cruz sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio; tórnese al mundo, adonde aun no le guardarán esas razones. ¿Por ventura podéis pasar tanto que no debáis más? ¿Qué razón es ésta? Por cierto, yo no la entiendo.

2. Cuando nos hicieren alguna honra o regalo o buen tratamiento, saquemos esas razones, que cierto es contra razón nos le hagan en esta vida. Mas cuando agravios -que así los nombran sin hacernos agravio-, yo no sé qué hay que hablar. O somos esposas de tan gran rey, o no. Si lo somos, ¿qué mujer honrada hay que no participe de las deshonras que a su esposo hacen? Aunque no lo quiera por su voluntad, en fin, de honra o deshonra participan entrambos. Pues tener parte en su reino y gozarle, y de las deshonras y trabajos querer quedar sin ninguna parte, es disparate.

3. No nos lo deje Dios querer, sino que la que le pareciere es tenida entre todas en menos, se tenga por más bienaventurada; y así lo es, si lo lleva como lo ha de llevar, que no le faltará honra en esta vida ni en la otra. Créanme esto a mí. Mas qué disparate he dicho, que me crean a mí, diciéndolo la verdadera Sabiduría (1).

Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Sacratísima, cuyo hábito traemos, que es confusión nombrarnos monjas suyas; que por mucho que nos parezca nos humillamos, quedamos bien cortas para ser hijas de tal Madre y esposas de tal Esposo.

Así que si las cosas dichas no se atajan con diligencia, lo que hoy no parece nada mañana por ventura será pecado venial; y es de tan mala digestión, que si os dejáis no quedará solo. Es cosa muy mala para congregaciones.

4. En esto habíamos de mirar mucho las que estamos en ella, por no dañar a las que trabajan por hacernos bien y darnos buen ejemplo. Y si entendiésemos cuán gran daño se hace en que se comience una mala costumbre, más querríamos morir que ser causa de ello; (2) porque es muerte corporal, y pérdidas en las almas es gran pérdida y que no parece se acaba de perder; porque muertas unas vienen otras, y a todas por ventura les cabe más parte de una mala costumbre que pusimos, que de muchas virtudes; porque el demonio no la deja caer, y las virtudes la misma flaqueza natural las hace perder.

5. ¡Oh, qué grandísima caridad haría y qué gran servicio a Dios la monja que en sí viese que no puede llevar las costumbres que hay en esta casa, conocerlo e irse! Y mire que le cumple, si no quiere tener un infierno acá y plega a Dios no sea otro allá (3), porque hay muchas causas para temer esto, y por ventura ella ni las demás no lo entenderán como yo.

6. Créanme en esto, y si no, el tiempo les doy por testigo. Porque el estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas, sino ermitañas, y así se desasen de todo lo criado, y a quien el Señor ha escogido para aquí, particularmente veo la hace esta merced. Aunque ahora no sea en toda perfección, vese que va ya a ella por el gran contento que le da y alegría ver que no ha de tornar a tratar con cosa de la vida, y el sabor todas las de la Religión.

Torno a decir que si inclina a cosas del mundo, que se vaya si no se ve ir aprovechando; e irse, si todavía quiere ser monja, a otro monasterio, y si no, verá cómo le sucede. No se queje de mí, que comencé éste, porque no la aviso.

7. Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy buena vida; en queriendo algo más, se perderá todo, porque no lo puede tener; y alma descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar, la da en rostro, y de lo que los sanos toman gran gusto comer, le hace asco en el estómago. En otra parte se salvará mejor, y podrá ser que poco o poco llegue a la perfección que aquí no pudo sufrir por tomarse por junto. Que aunque en lo interior se aguarde tiempo para del todo desasirse y mortificarse, en lo exterior ha de ser luego. Y a quien con ver que todas lo hacen y con andar en tan buena compañía siempre, no le aprovecha en un año, temo que no aprovechará en muchos, más, sino menos. No digo sea tan cumplidamente como en las otras, mas que se entienda va cobrando salud, que luego se ve cuándo el mal es mortal.

 

NOTAS CAPÍTULO 13

1 En la 1ª redacción: ¡Qué disparate he dicho que me crean a mí, diciéndolo la verdadera Sabiduría -que es la misma Verdad-. Y la Reina de los ángeles. -Alusión a la sentencia evangélica de Lc 14, 11... y a dos versos del Magnificat: Lc 1, 48, y 52. -Proseguía enseguida: Siquiera en algo, imitemos esta su humildad, digo algo, porque por mucho que nos bajemos y humillemos, no hace nada una como yo, que por sus pecados tenía merecido la hiciesen bajar y despreciar los demonios, ya que ella no quisiese. Porque aunque no tengan tantos pecados, por maravilla habrá quien deje de tener alguno por que haya perecido el infierno.

2 Una mala costumbre de estos puntillos de honra; mas querríamos morir mil muertes; así en la primera redacción.

3 El releer la Santa este pasaje ya listo para la imprenta, encontró dura su amenaza "si no quiere tener un infierno acá y otro allá", y la tachó. Entre líneas completó la frase anterior: ... lo conociese y se fuese "antes que profesase, como otra vez he dicho".

El texto de la 1ª redacción era más extensivo y mucho más fuerte: ¡Oh, qué grandísima caridad haría y qué gran servicio a Dios, la monja que se viese no puede llevar las perfecciones y costumbres que hay en esta casa, conocerse e irse y dejar a las otras en paz...! Y aun en todos los monasterios (al menos si me creen a mí) no lo tendrán ni darán profesión hasta que de muchos años esté probado a ver si se enmiendan.. -No llamo faltas en la penitencia y ayunos, porque aunque lo es, no son cosas que hacen tanto daño. Mas unas condiciones que hay de suyo amigas de ser estimadas y tenidas, y mirar las faltas ajenas y nunca conocer las suyas y otras cosas semejantes, que verdaderamente nace de poca humildad; si Dios no favorece con darla gran espíritu, hasta de muchos años verla enmendada, os libre Dios de que quede en vuestra compañía. Entended que ni ella sosegará ni os dejará sosegar a todas. Como no tomáis dote, háceos Dios merced para esto, que es lo que me lastima de los monasterios: que muchas veces, por no tornar a dar el dinero, dejan el ladrón que les robe el tesoro, o por la honra de sus deudos. En esta casa tenéis ya aventurada y perdida la honra del mundo, porque los pobres no son honrados; no tan a vuestra costa queráis que lo sean los otros. Nuestra honra, hermanas, ha de ser servir a Dios. Quien pensare que de esto os ha de estorbar, quédese con su honra en su casa; que para esto ordenaron nuestros padres la probación de un año, y en nuestra Orden que no se dé en cuatro, que para esto hay libertad. Aquí querría yo no se diese en diez. La monja humilde poco se le dará en no ser profesa; ya sabe que si es buena, no la echarán; si no, ¿para qué quiere hacer daño a este colegio de Cristo. Y no llamo no ser buena, cosa de vanidad, que, con el favor de Dios, creo estará lejos de esta casa; llamo no ser buena, no estar mortificada, sino con asimiento de cosas del mundo o de sí en estas cosas que he dicho. Y la que mucho en sí no le viere, créame ella mesma y no haga profesión si no quiere tener un infierno acá, y plega a Dios no sea otro allá, porque hay muchas causas en ella para ello; y por ventura las mesmas de la casa no las entenderán, ni la mesma, como yo las tengo entendidas".

4 Y a quien... no le aprovecha en un año, o medio, temo no aprovechará más en muchos, sino menos; así en la 1ª redacción.

 

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