Dos amores, consuelo y sufrimiento,
Me rondan como espíritus tenaces:
Angel bondadoso un varón rubio,
Espíritu del mal una hembra oscura.
Por lanzarme al infierno, mi demonio
A mi custodio aleja, tentadora,
Y ansiando convertir al santo en diablo
Su pureza corteja procazmente.
Si mi ángel en diablo se ha trocado
No puedo asegurar, aunque sospecho,
Los dos lejos de mí, los dos amigos,
Que uno conoció el infierno del otro.
Mas sólo lo sabré con certidumbre
Si el ángel es purgado por el fuego. |