Oh, cuánto más bella es la belleza
Si tiene la verdad por dulce ornato;
La rosa, si admirable, más se admira
Por la dulce fragancia que despide.
Las flores de la zarza lucen tintes
Profundos, cual la rosa perfumada,
También tienen espinas y retozan
Si la brisa entreabre sus capullos;
Mas toda su virtud es apariencia:
Germinan apartadas, se marchitan,
Y mueren solas. Mas la rosa deja
Un dulce aroma tras su dulce muerte.
Y tú joven bello y adorable,
Si te agostas, aquí estás destilado.
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