Mis ojos y mi pecho en mortal guerra
Disputan el botín de tu belleza:
Arróganse mis ojos tu semblante,
Trofeo por mi pecho reclamado.
Uno alega que en él feliz habitas
En cofre que los ojos no atraviesan
Argumento que la otra parte niega
Afirmando ser dueña de tu imagen.
Un jurado de dulces pensamientos,
Huéspedes del pecho, se pronuncia
Y por su veredicto se decide
Cuál parte de cuál es pertenencia:
A mis ojos se debe tu figura,
y tu amor a mi pecho corresponde.
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