Ojalá fueras tuyo, mas lo eres
Sólo mientras vivo permanezcas.
Contra el fin deberías prepararte
Y tu dulce figura dar a otro.
La belleza que en préstamo ahora tienes
Así no tendría plazo, pues serías
Tuyo aún después de haber partido
Si otro heredara tu semblanza.
¿Pues quién deja arruinar casa tan bella
Si puede preservarla honrosamente
De las ráfagas airadas del invierno
Y del furor yermo de la muerte helada?
Sólo un pródigo, amor. Tuviste un padre,
Que tu hijo también diga lo mismo.
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