Capítulo 9
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Biografía de Amado Nervo en AlbaLearning | |
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Música: Brahms, Violin Sonata No. 1 - Op. 78 |
Una mentira |
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La estación más cercana a su casa era la del Norte; Fernando se dirigió a ella en el primer coche de punto que halló al paso. Salía el rápido para San Sebastián a las nueve. Tomó un billete y esperó en el café de la estación, ensimismado en su dolor. -¡No volvería más! ¡No volvería más! Pero la desmañanada empezaba a hacer su efecto. Los nervios en tensión tanto tiempo, relajaban sus resortes sutiles. Un desaliento infinito le comía el alma. Y la vocecita irónica de adentro cuchicheábale: «¡Imbécil! ¡Imbécil!, toda tu desesperación es pura lectura, prejuicio; idea preconcebida. ¡El hombre es el único animal dramático del Universo!». ¿Por qué has amasado con pensamientos, con palabras inútiles toda esa arquitectura de tragedia, sin tomarte antes el trabajo de ver si los materiales eran hechos consumados y no imaginarios? Si se tiene un temperamento para desesperarse, se desespera uno ante la verdad, no ante las apariencias. Y lo mejor sería no desesperarse ante nada. La desesperación siempre es absurda y ridícula. Mira a esos hombres, a esas mujeres que entran afanosamente a la estación a coger el tren. Cada uno hila su tragedia: acaso tan terrible o más que la tuya. Hay quien es actor en una tragedia infinitamente más grave: la del hambre. Detenle y pregúntale qué haría si sospechase que le engañaba su mujer. Verás como se te ríe en las barbas. ¡Qué le importa a él eso! A él le importa el pan de los hijos y va a conquistarlo virilmente en la lucha. A ti, en cambio, la vida te dio todos sus dones, y porque una chiquilla más o menos coqueta te hace sospechar de su fidelidad, crees que el cosmos se desquicia y que las leyes del Universo están en conflicto. ¿De qué demonios te sirve tu filosofía? Anteanoche leías apenas en un libro estas líneas admirables: «Procura siempre la acción sin la reacción. La acción es agradable. Todo el dolor está en la reacción. El niño pone su mano en la llama: esto es placer; pero su sistema reacciona y viene el dolor de la quemadura. Podemos detener estas reacciones y entonces ya no temeremos nada. Vigila tú cerebro y no le dejes registrar el pasado. Sé espectador y no reacciones nunca. Solo esto puede darte la felicidad. Los momentos más dichosos son aquellos en que nos olvidamos de nosotros mismos». Contigo la vida ha sido espléndida, y al primer guijarro del camino tropiezas, y tropieza contigo toda tu sabiduría. |
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