Que no se debe fundar la paz en los hombres.

1. Hijo, si buscas tu paz en alguno por tu propia voluntad y por vivir en su compañía, estarás sin quietud y sin sosiego.

Pero si buscas la verdad eterna y constante, no te entristecerás por la falta del amigo que te abandonare o se muriere.

En Mí debe estar el amor de amigo, y por Mí has de amar a cualquiera que te parezca bueno y digno de ser amado en esta vida.

Sin Mí nada vale ni es duradera la amistad, ni es verdadero y desinteresado el amor que Yo no inspiro.

Tan muerto debes estar a las aficiones de amigos, que en cuanto está de tu parte desees hallarte libre de todo trato humano.

Tanto más se acerca el hombre a Dios, cuanto más se desvía de todo gusto terreno.

Y tanto más alto sube a Dios, cuanto más se abisma a sí mismo y más se desprecia.

2. El que se atribuye a sí mismo algo bueno, impide que la gracia de Dios venga a él: porque la gracia del Espíritu Santo busca siempre el corazón humilde.

Si supieses anonadarte perfectamente y desarraigar de ti todo amor criado, Yo entonces derramaría sobre ti abundantes gracias.

Cuando miras a las criaturas, apartas la vista del Criador.

Aprende a vencerte en todo por Él, y entonces podrás llegar al conocimiento divino.

Cualquier cosa, por pequeña que sea, si se ama o se busca desordenadamente, nos daña y nos impide gozar del sumo Bien.