Tomás de Kempis - Imitación de Cristo

Tomás de Kempis

"Imitación de Cristo"

Libro Tercero:

Biografía de Tomás de Kempis en Wikipedia

 

[ Descargar archivo mp3 ]

 

Imitación de Cristo

<<<

Libro 3 - Cap 23

>>>
Capítulo XXIII
 

De cuatro cosas que producen grande paz.

 

1. Hijo, ahora te enseñare el camino de la paz y de la verdadera libertad.

2. Haz, Señor, lo que dices, que me alegro mucho de oírlo.

3. Procura, hijo, hacer antes la voluntad de otro que la tuya.

Prefiere siempre tener menos que mas.

Escoge siempre el último lugar, y está sujeto a todos.

Desea siempre y ruega que se cumpla en ti perfectamente la voluntad de Dios.

As entrarás en los términos de la paz y de la tranquilidad.

4. Señor, esta tu breve exhortación encierra en sí mucha perfección.

Corta es en palabras; pero llena de espíritu y ubérrima en fruto.

Que si yo la pudiese guardar fielmente, no debería turbarme con tanta facilidad.

Porque cuantas veces me siento inquieto y desasosegado conozco haberme apartado de esta doctrina.

Mas Tú que todo lo puedes y buscas siempre el aprovechamiento del alma, dame gracia más abundante para que pueda cumplir tu doctrina y trabajar para mi salvación.

Oración contra los malos pensamientos

5. Señor Dios mío, no te alejes de mi: Dios mío, ven en mi ayuda, porque se han levantado contra mi varios pensamientos y graves temores que afligen mi alma.

¿Cómo saldré sin darlo? ¿Cómo los desecharé?

6. Yo, dices, iré delante de ti, y humillaré a los soberbios de la tierra: abriré las puertas de la cárcel, y te revelaré los secretos de las cosas escondidas.

7. Hazlo, Señor, como dices, y huyan de tu presencia todos los malos pensamientos.

Esta es mi esperanza y mi única consolación: acudir a Ti en toda tribulación, confiar en Ti, invocarte de veras y esperar pacientemente que me consueles.

Oración para pedir la luz del entendimiento

8. Alúmbrame, buen Jesús, con la claridad de tu luz interior, y destierra de la morada de mi corazón toda tiniebla.

Refrena mis muchas distracciones, y reprime las tentaciones que me hacen violencia.

Pelea fuertemente por mí, y ahuyenta las malas bestias, las concupiscencias, digo, placenteras, para que se haga la paz con tu virtud, y resuenen copiosas alabanzas en tu santo palacio, esto es, en la conciencia limpia.

Manda a los vientos y tempestades; di al mar: "sosiégate" y al cierzo: "no soples", y habrá gran bonanza.

9. Envía tu luz y tu verdad para que resplandezcan sobre la tierra; porque tierra soy vana y vacía hasta que Tu me alumbres.

Derrama de lo alto tu gracia: riega mi corazón con el rocio celestial; concédeme las aguas de la devoción para fertilizar la haz de la tierra, a fin de que produzca frutos útiles y buenos.

Levanta el ánimo oprimido con el peso de los pecados, y emplea todo mi deseo en las cosas del cielo, para que, después de gustada la suavidad de la dicha celestial, me sea enfadoso pensar en la terrena.

10. Apártame y líbrame de la transitoria consolación de las criaturas; porque ninguna cosa criada basta para aquietar y consolar cumplidamente mi apetito.

Úneme a Ti con el inseparable vínculo del amor, porque Tú solo bastas al que Te ama, y sin Ti todas las cosas son despreciables.

Inicio
<<<

Libro 3 - Cap 23

>>>
  Índice