Libro Segundo: |
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Biografía de Tomás de Kempis en Wikipedia | |
Imitación de Cristo |
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Capítulo VII | ||
Del amor de Jesús sobre todas las cosas.
1. Bienaventurado el que conoce que es amar a Jesús, y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro, porque Jesús quiere ser amado solo sobre todas las cosas. El amor de las criaturas es engañoso y voluble: el amor de Jesús es fiel y constante. El que se llega a la criatura caerá con lo que es débil: el que abraza a Jesús perseverará firme para siempre. Ama a Jesús y tenle por amigo, porque, aunque todos te desamparen, no te abandonará, ni te dejará perecer en el fin. De todos has de ser desamparado alguna vez, quieras o no quieras. 2. Ponte al lado de Jesús, ya viviendo, ya muriendo, y entrégate a su fidelidad; que, aunque todos te falten, Él solo te puede ayudar. Tu Amado es de tal condición, que no quiere admitir a otro; mas Él solo quiere poseer tu corazón, y sentarse en él como Rey en su propio trono. Si supieses desprenderte bien de toda criatura, Jesús habitaría de buena gana contigo. Cuanto pusieres en mano de los hombres, fuera de Jesús, será perdido. No confíes ni te apoyes en una caña hueca; porque toda carne es heno, y toda su gloria caerá como la flor del heno. 3. Fácilmente serás engañado si mirares solamente la apariencia de los hombres. Si buscas tu descanso y tu interés en otros, muchas veces sentirás daño. Si en todo buscas a Jesús, hallarás a Jesús verdaderamente. Pero si te buscas a ti mismo, te hallarás también, mas para tu ruina. Pues más se daña el hombre a sí mismo, si no busca a Jesús, que todo el mundo y todos sus enemigos pueden dañarle. |
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