Se abre la tierra ancha para aquel caminante,
Que dejó su fortuna perdida en el azar;
que regó en el camino los rosales ajenos,
y nunca pudo ver florecer su rosal.
Jugador de quimeras, ganador de derrotas,
navegante de sueños que quedaron detrás,
el mástil de tu nave llevó la vela rota,
y el viento del olvido la hizo naufragar.
Conquistador de tierras de extraños continentes,
amó la patria ajena y soñó con el mar;
y de jirones viejos; construyó su bandera,
sin tener sitio propio donde poderla izar.
Patricio de otras tierras, quijote de otra historia,
alimentó sus ansias con el eterno andar,
y besó cada puerto, y contó cada estrella
y se quemó en el fuego de un simple beso trivial.
Library of Congress
©Rosa Lía de la Soledad. –1994
“Momentum”
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