María Josefa San Juan Estupiñán de Novas 3. La música que nos llega de abajo tiene magia
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María Josefa San Juan Estupiñán de Novas | |
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Música: Mozart (Menuet) |
Tomás y el desván |
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La música que nos llega de abajo tiene magia | ||
El día ha sido muy caluroso, todo parecía que se estaba derritiendo aquí, en el desván… más en este anochecer aunque ya la Luna quiere ayudarnos y esparce por encima de nosotros su manto de plata, y aunque con sus reflejos quisiera enfriar el ambiente, la terca temperatura no amaina… Desde abajo, comienzan a llegar de nuevo los preludios de “La Juguetería Fantástica“, nosotros aguantamos emocionados la respiración. El “Hechizo” comienza… los objetos ligeramente se mueven y yo ya sé que en este día al rayar de la media noche con las doce campanadas del gran abuelo, el reloj del estudio… allá abajo, todos; todos aquí arriba querrán comenzar a hablar y a narrar un sinfín de cuentos que por largo tiempo han callado: La gatica de peluche, que Reglita y Pitio le regalaron a Alexa, quería contarnos de cuando la llevaron al Museo de los Felinos, en Brooklyn, para que Alexa alimentara su intelecto, preparándose para su entrada triunfal al colegio; todavía ella no cumplía sus cuatro añitos y sus papás iban con paciencia, enseñándole y explicando. - Yo… ¡también lo aprendí! Y les digo sí ¡Tomasito es de sangre real y sagrada! y yo, aunque de trapo ¡también lo soy! Y haciendo un gesto mimoso quedó pensativa, pero alegre, dejando en el aire su última oración… - Ya sé porque me llamo “Mau", Mau no pudo hacer silencio y añadió: allí yo ví una estatua igual a Tomasito, yo creí que era él. ¡Parecía un Faraón del lejano Egipto...! ¡Gritó ella mientras palmoteaba con las dos manitas y saltaba de alegría! Todos se miraron con una mirada suspicaz y la pizpireta del plumero francés ocupada arreglando sus plumas dijo con una voz misteriosa: - Bueno… -tosió-, ¡hum… hum! El plumero de la vecina del frente… Sí… La señora de pelo rubio cortico, esa que siempre todo lo sabe y quiere saber más, pues bien, ni ella misma sabe ¿en qué casa vive Tomasito? La conversación sobre Tomy, se prolongó un largo rato y fue interrumpida por aquella muñeca de trapo vestida al estilo indio americano, la que al agitar su tocado de pluma recabó la atención de los allí presentes… Con voz austera dijo: -No sabemos quiénes son sus dueños pero… no es menos cierto que Tomasito tiene que tener idea de quiénes fueron sus ancestros (su DNA), que lo sitúan miles de años atrás, en los albores de la Sociedad Egipcia. Todos ellos exclamaron: - ¡Vaya, vaya, sí que tú sabes! - ¡No!, es que observándolo no puedes menos que darte cuenta que siempre tiene un no sé qué … algo así como el porte de un rey, realeza, y su aire aristocrático al pasearse por el vecindario repartiendo caricias y besitos a todos, especialmente al mirarte y restregarse en señal de entrega, por tus piernas, sus bellos ojos te miran diciéndote… ¡Ámame!, ¡sė mi amiga...! ¡Dáme tu calor! ¡Miau!, ¡miau¡ ¡Yo bien que lo admiraba y entendía el lenguaje en que me hablaba! Cada día se le veía venir en compañía de cualquier animalito que estuviera rondando por el barrio, procurando buscarles comida y acomodo… Fue así como ”Doña Caruca la Matriarca” de este hogar, Tetė, su nieta y sus hijas que aman a los animales, honraban a Tomy ayudando a sus amiguitos a pasarla mejor… Es precisamente así como Tomy este día, trae a esta linda gatica de color blanco y negro, con una mancha negra que parece un parche, sobre su ojo izquierdo, lo que no impedía que las esmeraldas que tenía por ojos brillaran y relucieran como dos estrellas. Fue por su cara bella y aunque fuera callejera que Tetė y Mimí, le pusieron Cleopatra por nombre, en honor a la bella reina de Egipto. El punto de reunión de Tomy era el parque… que quedaba frente al “Edificio Doric“ entre las Avenidas Palisades y Manhattan, era precisamente allí, donde conocía a los animalitos que subiendo desde Hoboken , venían hambrientos, asustados, buscando comida, porque habían perdido sus casas y ya no encontraban a sus dueños. Tomasito, sin lugar a dudas nació para comandar, para ser líder y no les quepa duda, él manejaba esta responsabilidad que se había echado: presidente del “Bando de Piedad para Animales” -Aquí en secreto, diremos que doña Caruca, Tetė y Mimí, lo ayudaban-. Los primeros albores de un nuevo día comenzaban a matizar el aposento con luces frescas y colores vibrantes, llenos de vida; el llegar de este día indicaba que mucho habíamos conversado durante la noche. Los temas se habían agotado. Nos estiramos, bostezamos y finalmente nos decidimos a callar hasta mejor ocasión. |
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