Anímame noche en penumbras, que vuelvo donde pertenecen mis huesos que lentamente han perdido su color.
No me detengan sombras, no te muestres espectro de mí, que al fin hoy, descubriré lo que es ser preso de la libertad.
Anímame noche, que el hastío de mi mente serena, hoy se queda dormida junto a esos pensamientos que murieron cuando abrí los ojos a la verdadera vida; no me juzgues viento, no me llames cielo, que hoy ya no tengo fuerzas para vagar debajo del aliento de mis limitaciones.
¿Sientes cómo me despido? ¿No me ves diciendo adiós?
No me detengan ángeles ilusorios, que hoy les robo las alas y lejos me iré a acompañar a esas águilas, que vuelan en la cumbre de mi montaña predilecta.
No me detengan santos, no me distraigan próceres de algún lugar, que me marcho con el tiempo, cuando mi momento me ha carcomido con las fauces de su llamado… y ya no vuelvo más… no vuelvo más.
No me detengas padre ¿No he crecido y no soy tan grande como tu sueño mejor?
No me ampares madre ¿No ves mi vuelo?
Mira mis ojos cuando surco el cielo en la oscuridad, aquella estrella tiene mi nombre, siempre lo ha tenido, y tú lo sabías antes de traerme aquí.
No me detengas día; porque sé, que siempre estarás esperando el momento correcto, cuando renazca en el vientre de otra mujer, que me amará, como la que hoy dejo.
Anímame noche… no me hables de locuras, no me distraigas con tus miedos, que en mi claridad escucho los lamentos de esos fantasmas que vienen hacia mí, esperando explicaciones a su oscuridad.
¿Sientes cómo me despido? ¿No me ves diciendo adiós?
No me detengas con tus plegarias, porque ya las he respondido; no me hables de mis errores que ahora lo nuevo renace en mí, y mis terrores se disuelven a mis pies ¿No ves el valor reflejado en mí?
Sabes que por mi mano no me he ido, y he dado mi otra mejilla para que aquellos que veneran lo material, se hagan con un poco de mis pertenencias.
Mira tus manos madre, ríe en mi ausencia, escucha mi silencio y verás mí poder ¿Crees que te dejaré? ¿No logras oírme? ¿Acaso crees que me has perdido?
Mírame junto a ti ¿No soy tu sueño mejor?
Anímame noche en penumbras. No me llamen asuntos sin resolver; que hoy esos relámpagos iluminan mis pasos furiosos, y no vuelvo más. Mira esas nubes padre, mira ése cielo madre, que hoy traspasa mis ansias de seguir.
Anímame noche, que temeroso estoy de esa luz, y las caricias de esas manos que me lloran. No me detengas día, que al fin veo ése camino junto al mar…
¿Puedes ver esa estrella, madre?
No me detengan penumbras, que hoy renazco al fin… |