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León Tolstoi

"Iván el imbécil"

Capítulo 8

Biografía de León Tolstoi en Wikipedia

 
 
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Música: Chopin - Op.34 no.2, Waltz in A minor
 
Iván el imbécil
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  VIII  

Iván se quedó en la casa para mantener a sus padres, y trabajaba en el campo con su hermana muda.

Un día ocurrió que el viejo perro que guardaba la casa cayó enfermo, se moría. Iván tuvo piedad de él, pidió pan a su hermana, lo guardó en su gorro y salió para echárselo al perro. Pero el gorro se agujereó, y  con el pan cayó  una  raicilla  que  el viejo perro devoró con el alimento. Apenas hubo tragado la raíz, el animal se levantó con presteza y se puso a juguetear, a ladrar, a mover la cola: estaba completamente curado.

Los padres de Iván, al apercibirse de ello, quedaron maravillados.

—¿Cómo se ha curado el  perro? —preguntaban.

Iván les dijo:

—Yo tenía dos raicillas que curan todas las enfermedades y el perro ha comido una.

En esto ocurrió que la hija del zar cayó enferma, y su padre hizo saber por villas y pueblos que recompensaría espléndidamente al que  la curase, y  que, si éste  era soltero, le daría su hija por esposa.

Este anuncio fue también fijado en el pueblo de Iván.

Entonces sus padres le mandaron venir, y le  dijeron:

—¿Te has enterado de lo que dice el zar? —Puesto que aún te queda una de esas raicillas milagrosas, vete a curar  a la hija  del zar y  serás dichoso el  resto de tus  días.

—¡Como queráis! —repuso Iván, y, en efecto, hizo al punto sus preparativos de marcha. Se vistió con el traje de los días de fiesta, y ya endomingado y en la puerta para  salir,  vio  a  una  pobre  mendiga  que  tenía  un brazo  estropeado,  y  que, acercándose a él, le dijo:

—He oído decir que curas; cúrame el brazo, porque no me  puedo vestir yo  sola.

—¡Hágase como lo pides! —exclamó el Imbécil, y sacando la raicilla se la dio a lamendiga, encargándole que  la comiera.

La enferma la comió y se encontró curada, pudiendo mover su brazo.

Los padres de Iván salieron a despedirlo, pero al saber que había dado su últimaraíz, y no tenía con qué curar a la hija del zar, le riñeron.

—¡Una mendiga! —le decían—. ¡Has tenido compasión de una mendiga y no lahas tenido de la  zarevna

Tuvo piedad también Iván de la hija del zar. Unció un caballo, puso paja en la carreta y se subió al pescante.

—Pero, ¿adónde vas, Imbécil?

—A curar a la hija del zar.

—Pero si ya no tienes la medicina, ¿qué vas a hacer?

—¿Y qué importa? —repuso, y fustigó al caballo.

Llegó  a  la  corte,  y  apenas  hubo  subido  la  escalera del  alcázar,  cuando  la  zarevna estaba curada.

Alegróse el zar, y haciendo que vistieran suntuosamente a Iván, le dijo:

—Ahora vas a ser mi yerno.

—¡Como quieras! —dijo el Imbécil.

E Iván fue el esposo de la  zarevna.

El zar no tardó en morir, y le sucedió Iván en el trono.

Y he aquí cómo los tres hermanos llegaron a ser zares.

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