Capítulo 6
|
|
Biografía de León Tolstoi en Wikipedia | |
[ Descargar archivo mp3 ] | ||||
Música: Chopin - Op.34 no.2, Waltz in A minor |
Iván el imbécil |
<<< | 6 | >>> |
VI | ||
Cuando los hermanos tuvieron su casa, se instalaron aparte, e Iván, terminadassus faenas agrícolas, hizo cerveza e invitó a Seman y a Tarass a venir a su morada para solemnizar con una fiesta la abundante cosecha obtenida. Sus hermanos se negaron a acudir a la invitación. —¡Como si no supiéramos —dijeron— lo que es una fiesta de mujik! Iván obsequió a los mujiks circunvecinos, a las babas, y él mismo bebió, contra su costumbre, alegrándose un poco y llegando hasta salir a la calle a mirar las khorovods o rondas de muchachas. Hizo más; se aproximó a los grupos de jovenzuelas y las invitó a que cantasen algo en honor suyo. —Quiero ofreceros —les dijo— una cosa que jamás habéis visto. Las babas rieron como descosidas, y cantaron coplas alusivas a la magnanimidad de Iván. Cuando acabaron, le dijeron: —Ahora te toca darnos lo prometido. —Voy a traerlo inmediatamente —contestó el Imbécil; y, cogiendo una criba, se fue al bosque próximo. Las jóvenes reían, y exclamaban: —¡Qué imbécil! Al cabo de un rato no volvieron a acordarse de él. Pero hete aquí que se le ve venir corriendo con la criba llena de algo. —Y bien —gritó—, ¿queréis lo que traigo? —¡Sí, sí! —le contestaron. Iván cogió un puñado de oro y lo tiró en la dirección de las jóvenes. Lo mismo fue verlo caer, que precipitarse todas a recogerlo, diciendo: —Pero, señor Iván... También acudieron los mujiks, y se quitaban unos a otros las monedas de oro. Una pobre vieja corrió peligro de morir aplastada. Iván reía. —¡Ah, imbéciles! ¿Por qué hacéis daño a una anciana? Un poco de calma, y osdaré más. Y volvió a arrojar más puñados del precioso metal. La gente acudía en tropel. Iván había vaciado la criba y aún le pedían que siguiera tirando monedas; pero el Imbécil dijo: —Ya no hay más. Otra vez volveré a daros de estas cosas que tanto os gustan, y ahora bailemos y cantemos. Las jóvenes comenzaron a cantar. —¡No son muy bonitas, que digamos, vuestras canciones! —exclamó Iván. —¿Sabes tú otras mejores? —le contestaron. —Vais a oírlas inmediatamente. Al decir esto se fue a la era, tomó un haz de centeno, y, según lo que el diablillo le había enseñado, sacudió las espigas contra el suelo, diciendo: —«Mi esclavo ordena que ceses de ser haz y que cada una de tus espigas se transforme en un soldado.» El haz se diseminó y los tallos se convirtieron en soldados. Sonaron los tambores y clarines; Iván ordenó a los soldados que cantasen y desfilaran con él por la calle, y los espectadores quedaron asombrados. Cuando los militares terminaron suscanciones, Iván los llevó a la era, prohibiendo que nadie le acopañase, y una vez allí volvió a convertir en haces a los soldados; hecho lo cual, se retiró a su casa y se acostó. |
||
<<< | 6 | >>> |
|