Los gráciles males en que incurres
Si de tu corazón estoy ausente
Convienen a tu edad y tu belleza,
Pues doquiera que vas eres tentado.
Eres gentil, y galardón valioso,
Eres bello, y todas te cortejan.
¿Qué hijo de mujer a las mujeres
Podría consentir vanos suspiros?
Mas respeta, ay de mí, mis propios fueros
Y reprende a tu juventud fogosa,
Pues te arrastra a tales frenesíes
Que incurres en perjurio doblemente:
Por ella, a quien por bello me quitaste,
Por ti, que me fuiste infiel por bello.
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