No me ocurre igual que a ese poeta
Que inspirándose en falsas hermosuras
Escoge por ornato el firmamento:
Compara a su beldad con cuanto es bello,
Y elabora símiles audaces
Con el sol, la luna y ricas gemas,
Con las flores de abril y las rarezas
En la esfera celeste atesoradas.
Si escribo enamorado, soy sincero,
Y creedme, no hay quien sobrepuje
A mi amor en belleza, aunque no brille
Cual las lámparas fijas en los cielos.
Diga más quien guste hablar en vano,
Pues yo no adularé lo que no vendo.
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