Una Zorra, cazando,
De corral en corral iba saltando;
A favor de la noche, en una aldea
Oye al gallo cantar: maldito sea.
Agachada y sin ruido,
A merced del olfato y del oído,
Marcha, llega, y oliendo a un agujero,
«Este es», dice, y se cuela al gallinero.
Las aves se alborotan, menos una,
Que estaba en cesta como niño en cuna,
Enferma gravemente.
Mirándola la Zorra astutamente,
La pregunta: «¿Qué es eso, pobrecita?
¿Cuál es tu enfermedad? ¿Tienes pepita?
Habla; ¿cómo la pasas, desdichada?»
La enferma la responde apresurada:
«Muy mal me va, señora, en este instante;
Muy bien si usted se quita de delante.»
Cuántas veces se vende un enemigo,
Como gato por liebre, por amigo;
Al oír su fingido cumplimiento,
Respondiérale yo para escarmiento:
«Muy mal me va, señor, en este instante;
Muy bien si usted se quita de delante.» |