De azul y plata adornada
está la rauda cascada;
azul el ancho horizonte;
verde la hermosa enramada,
y la pradera y el monte.
Luce la lozana flor
sus perfumes y sus galas;
y entona cantos de amor
ese poema con alas
que llamamos ruiseñor.
Las arboledas sombrías
se cubren con verdes velos;
y báñanse, en armonías,
esas noches que son días
y esos días que son cielos.
El aire se halla inflamado,
y la hermosa con su amado,
a los rayos de la luna,
cruza en bajel nacarado
la brilladora laguna.
Todo es luz, brisas, colores,
ambiente, dulzura, calma,
pájaros, notas y flores.
Sólo en mi pecho hay dolores
y desencanto en mi alma. |