Quisiera olvidar, volver
a nacer y gozar a ojos cerrados
de la novedad, flor de las cosas,
que se desvanece coma edad.
Saludaría de nuevo la luz,
pero iría abriendo lentamente
mi alma virgen y mis párpados
para saborear mi asombro.
Adivinaría por mí mismo
esos secretos que se nos enseñan.
Yo solo iría hacia los seres que amo
y les pondría nombre;
extasiado ante los abismos azules
en que parece dormir el verdadero Dios;
escondería mis sublimes lágrimas
en versos con cadencia de infinito;
y mi primer poema sería para ti,
¡oh mi dolor amado!
Haría estallar en un grito supremo
un verso frágil como una flor.
Si existe para nosotros un mundo
en el que se sucedan días mejores,
que su faz no sea redonda,
sino que se extienda sin terminar jamás…
Y que la belleza, de puro sabida
olvidada de continuo,
en una sorpresa incesante
nos proporcione una felicidad completa.
(Traducción Max Grillo) |