Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
A carencias,
A llanto.
Pero tú alimentas al miedo
Y a la soledad
Como a dos animales pequeños
Perdidos en el desierto.
Han venido
A incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
Como la serpiente loca de movimiento
Que sólo se halla a sí misma
Porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
Tú abres el cofre de tus deseos
Y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
Que las palabras se suicidan. |