-¿Ves, hija? con tenue lloro
la lluvia a caer empieza.
-Sí, padre, y cayendo reza
como una monja en el coro.
-Damiana, hija mía,
ya enciende el quinqué,
yo tengo melancolía...
-¡Yo también, no sé por qué!
-Padre, el agua me acongoja,
vagos pensares me trae.
-Damiana, la lluvia cae
como algo que se deshoja.
-¿Oyes? murmurando está
como una monja que reza...
-Damiana, ¡tengo tristeza!
-Yo también... ¿por qué será? |