A dónde fuiste, amor; ¿a dónde fuiste?
Se extinguió en el poniente el manso fuego,
Y tú que me decías: "Hasta luego,
Volveré por la noche". ¡No volviste!
¿En qué zarzas tu pie divino heriste?
¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego?
¿Qué nieve supo congelar tu apego
Y a tu memoria hurtar mi imagen triste?
¡Amor, ya no vendrás! En vano, ansioso,
De mi balcón atalayando vivo
El campo verde y el confín brumoso.
Y me finge un celaje fugitivo
Nave de luz en que, al final reposo,
Va tu dulce fantasma pensativo. |