Capítulo 3
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Biografía de José Martí en Wikipedia | |
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Música: Mendelssohn - Children's Pieces Op. 72, No. 4 |
Amistad funesta |
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Hasta que una noche: -No, Sol, no: quédate aquí. -¿Ana, adónde vas? ¿Qué tienes, Ana? ¿Salir tú del cuarto a estas horas? ¡Ana! ¡Ana! -Déjame, niña, déjame. Hoy, yo tengo fuerzas. Llévame hasta la mitad del corredor. -¿Del corredor? -Sí: voy al cuarto de Lucía. -Pues bueno, yo te llevo. -No, mi niña, no -se sentó un momento, con Sol a sus pies, le abrazó la cabeza, y la besó en la frente. Nada le dijo, porque nada debía decirle. Y se levantó, del brazo de ella. -Es que sé lo que tiene triste a Lucía. Déjame ir. De ningún modo vayas. Es por el bien de todos. Fue, tocó, entró. -¡Ana! Ana, casi lívida y tendiendo los brazos para no caer en tierra, estaba de pie, en la puerta del cuarto oscuro, vestida de blanco. -Cierra, cierra. Se habló mucho, se oyeron gemidos, como de un pecho que se vacía, se lloró mucho. Allá a la madrugada, la puerta se abría, Lucía quería ir con Ana. -No, no, quiero llevarte; ¿cómo has de ir sola si no puedes tenerte en pie? Sol estará despierta todavía. Yo quiero ver a Sol ahora mismo. -¡Loca! ¡Hasta cuándo eres buena, loca! A Juan, sí, en cuanto lo veas mañana, que será delante de mí, bésale la mano a Juan. A Sol, que no sepa nunca lo que te ha pasado por la mente. Vamos: acompáñame hasta la mitad del corredor. -¡Mi Ana, madrecita mía, mi madrecita! Y lloró Lucía aquella mañana, como se llora cuando se es dichoso. |
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