Me dijo un alba de la primavera: —Yo florecí en tu corazòn sombrío ha muchos años, caminante viejo que no cortas las flores del camino.
Tu corazòn de sombra, ¿acaso guarda el viejo aroma de mis viejos lirios? ¿Perfuman aun mis rosas la alba frente del hada de tu sueño adamantino?
Respondí a la mañana: —Sòlo tienen cristal los sueños míos. Yo no conozco el hada de mis sueños, ni sé si está mi corazòn florido.
Pero si aguardas la mañana pura que ha de romper el vaso cristalino, quizás el hada te dará tus rosas; mí corazòn, tus lirios. |