Al viento se encomienda, al mar se entrega,
conjura un áspid, ablandar procura
con tiernos ruegos una peña dura
o las rocas del mar donde navega.
Pide seguridad a la fe griega,
consejo al loco, y al enfermo cura,
verdad al juego, sol en noche oscura,
y fruto al polo donde aquél no llega.
Que juzgue de colores pide al ciego,
desnudo y sólo al salteador se atreve,
licor precioso de las rocas saca.
Fuego busca en el mar, agua en el fuego;
en Libia flor, en Etiopía nieve,
quien pone su esperanza en mujer flaca. |