Maese Cuervo, de un árbol en la rama
Estaba, segun fama,
En el pico teniendo con cuidado
Un queso delicado.
Al husmo, maese Zorro luego vino:
Y díjole ladino,
Con grande cortesía:
"Tenga el señor de Cuervo muy buen día
De belleza es usted raro portento,
Y en verdad, si su acento
Corresponde al primor de su plumaje,
De este bosque salvaje
El fénix debe ser". El Cuervo vano
Quiso mostrar ufano
Su voz: el pi co abrió, y en tal anhelo
El queso cayo al suelo.
El Zorro lo tomó con mucho brio,
Di ciendo: "Señor mío,
Sepa que todo lisonjero vive
De quien le oye y recibe;
Y esta leccion , sin que parezca exceso,
Vale muy bien un queso".
Entonces juró el Cuervo avergonzado,
Confuso y acuitado,
Que nadie otra ocasion le atraparía;
Pero tarde, afé mía. |