Tomás de Kempis - Imitación de Cristo

Tomás de Kempis

"Imitación de Cristo"

Libro Tercero:

Biografía de Tomás de Kempis en Wikipedia

 

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Imitación de Cristo

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Libro 3 - Cap 35

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Capítulo XXXV
 

Que en esta vida no hay seguridad de estar libre de tentaciones.

 

1. Hijo, nunca estarás seguro en esta vida, y mientras vivieres tendrás siempre necesidad de armas espirituales.

Entre enemigos andas: a diestra y siniestra te combaten.

Por eso, si no te vales diestramente del escudo de la paciencia, te expones a ser herido fácilmente.

Así mismo, si no fijas tu corazón en Mí, con voluntad decidida de padecer por Mí cualesquiera trabajos, no podrás sostener esta recia batalla, ni alcanzar la palma de los bienaventurados.

Conviénete, pues, romper varonilmente con todo, y pelear con mucho esfuerzo contra lo que viniere.

Porque al vencedor se le da el maná, y al desidioso le está reservada gran miseria.

2. Si buscas descanso en esta vida, ¿cómo podrás ganar la eterna bienaventuranza?

No trabajes para estarte sosegado, sino para ejercitarte en mucha paciencia.

Busca la verdadera paz, no en la tierra, sino en el cielo; no en los hombres, ni en las demás criaturas, sino en solo Dios.

Por amor de Dios debes sufrir de buena gana todo lo adverso, a saber: trabajos, dolores, tentaciones, vejaciones, congojas, necesidades, enfermedades, injurias, murmuraciones, represiones, humillaciones, confusiones, correcciones y menosprecios.

Todas estas cosas aprovechan para la virtud: prueban al soldado de Cristo, y le fabrican la corona celestial.

Yo daré galardón eterno por un corto trabajo, y gloria infinita por una confusión pasajera.

3. ¿Piensas tener siempre consuelos espirituales a tu arbitrio?

Mis Santos no siempre los tuvieron, sino muchas mortificaciones, diversas tentaciones y terribles desconsuelos.

Mas ellos lo sufrieron todo con paciencia, y confiaron mas en Dios que en sí mismos; porque sabían que no son equivalentes todas las penas de esta vida para merecer la gloria venidera.

¿Quieres tu hallar al momento lo que muchos apenas pudieron alcanzar con abundantes lágrimas y trabajos?

Espera en el Señor, trabaja varonilmente, esfuérzate, no desconfíes, no vuelvas atrás; ofrece constantemente tu cuerpo y tu alma por la gloria de Dios.

Yo te recompensaré sobreabundantemente: Yo seré contigo en toda tribulación.

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