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Biografía de Benito Pérez Galdós en Wikipedia | |
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Música: Godowsky - Triakontameron No. 5: Twilight Phantasms |
La princesa y el granuja |
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- XIV - Se quedó solo y en obscuridad profunda. Quiso gritar y no tenía voz. Quiso moverse y carecía de movimiento. Era piedra. Lleno de congoja esperó. Vino por fin el día, y entonces Pacorrito se vio en su antigua forma; pero todo de un color, y al parecer de una misma materia, cara, brazos, ropa, cabello y hasta los periódicos que en la mano tenía. «Ya no me queda duda -exclamó llorando por dentro.- Soy mismamente como un ladrillo.» Vio que frente a él había un gran cristal con algunas letras del revés. A un lado, multitud de figurillas y objetos de capricho le acompañaban. «¡Estoy en el escaparate!... ¡Horror!» Un mozo le tomó cuidadosamente en la mano, y después de limpiarle el polvo, volvió a ponerle en su sitio. Su Alteza Serenísima vio que en el pedestal donde estaba colocado, había una tarjeta con esta cifra: 240 reales. «Dios mío, es un tesoro lo que valgo. Esto al menos le consuela a uno.» Y la gente se detenía por la parte de afuera del cristal, para ver la graciosa escultura de barro amarillo representando un vendedor de periódicos y cerillas. Todos alababan la destreza del artista, todos se reían observando la chusca fisonomía y la chabacana figura del gran Migajas, mientras éste, en lo íntimo de su insensible barro, no cesaba de exclamar con angustia: ¡Muñeco, muñeco, por los siglos de los siglos! Enero de 1879 |
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