-¡Qué no me ves, compañero,
qué guapa y qué noble soy?
Siempre lado a lado voy
del rey y del caballero .
.
Una espada muy ufana
así a un sobrero decía.
Él replicó; Amiga mía,
poco a poco, no seas vana.
Yo tengo mayor nobleza,
y nunca hablo tan hinchado:
El rey me lleva, no alIado,
sino puesto en la cabeza.
Conozco, clamó la Espada,
tu nobleza y cortesía;
mas no tienes valentía,
en eso no vales nada.
Yo castigo al delincuente;
del noble guardo el honor;
al cobarde doy valor
y defiendo al inocente.
Gloria doy en las campañas;
en la ciudad, brillantez;
y el militar, honra y prez
adquiere con mis hazañas.
Me presto a las diversiones
muy jovial y placentera; .
y soy el arma primera .
que honran las cnl ros naciones.
A todo esto ¿qué replicas,
cuando es todo tu poder
dar sombra y buen parecer
a gentes pobres o ricas?
-Vales poco, y .en verdad,
clama el Sombrero, te digo
que nunca harás un amigo,
ni reharás una amistad.
Cierto es que jamás dejé
una ciudad destruída, .
ni he combatido en mi vida,
ni campiñas asolé.
Que nunca tuve, no ignoro,
vivas y aplausos rastreros,
ni he servido a maromeros,
ni he matado ningún toro.
Si acaso intentas probar
que eres útil por ser fuerte,
rnira lo que haces, y advierte
que bien pudieras errar.
Que hagas bienes, no es extraño;
rnas tus instintos fatales,
rnás que bienes, causan males:
yo jamás infiero daño.
Paz, amistad y contento
lleva en pos rní cortesía;
con tu. violenta osadía
llevas desgracias sin cuento.
Por todo esto, yo no apoco
tus servicios, eso no;
solamente quiero yo
que no me tengas en poco.
De tu rigor inhumano,
puedo muy bien remediar
los agravios, con pasar
de la cabeza a la mano.
Y más de mil que tú has hecho,
yo he reparado, Señora:
¡Vamos a ver! dime ahora
si no soy de honra y provecho.
La Espada, que era de Astorga,
no dijo: esta boca es nlfa.
El Sombrero bien dirfa,
puesto que quien calla, otorga.
En efecto, el sombrero
hace más amistades que el acero. |