[Uno] llamó al sacristán
y le dijo : —¿ Cuánto quiere
vuesarced por enterrarme?
El dijo, supongo : —Veinte
reales. —¿Quiere diez y seis?
—dijo. —Más costa me tiene
—le replicó el sacristán— .
A que respondió el doliente:
—Pues mire si le está bien
y entiérreme en diez y siete,
porque no me moriré
como un cuarto más me cueste.
(Dicha y desdicha del hombre, jornada 3ª
, escena V) |