Entre las breñas de un cerro,
un día de gran nevada,
un lobo a su camarada
hablábale así de un perro:
— Es un maldito vecino,
tan camorrista y cruel,
que para estar libre de él,
ya se necesita tino.
Ladrador para la gente,
entrometido, goloso,
suspicaz y cauteloso,
en fin, un perro indecente.
Pasaba en esta ocasión
cerca de allí una raposa,
paróse un tanto curiosa,
y al oír la acusación
dijo para su coleto :
— Anda que te crea un bobo:
perro a quien acusa un lobo,
debe ser perro completo.
En caso próspero o adverso
no ecbarás nunca en olvido
que es elogio el más cumplido
la censura del perverso. |