¿Qué es esto que hay en mí?... Si ayer mi pecho
tranquilo y libre de temor latía,
¿por qué hoy lleno de afan, lucha y porfía
prestando al corazón ámbito estrecho?...
¿Por qué, el alma suspensa, a mi despecho
a tí se vuelve y trémula te envía
el ¡ay! que agita la existencia mía,
y en llanto anega el solitario lecho?...
¿Es esto amor, María? Si en tu alma
este dulce gemir grato resuena,
concede a mi dolor la ansiada palma.
Mas si lo oyeres, a mi llanto ajena,
o tórname por Dios la antigua calma,
o déjame más bien, morir de pena. |