Mesalina que no tiene
Más limpieza, más higiene
Que la triste, que la torpe
De su lecho, de su torso y de su faz;
Que no puede otro ejercicio
Que la esgrima de su oficio,
No es capaz de otra energía
Que la infame de vivir para gozar:
Tal un pueblo de holgazanes,
Que rechaza los afanes
De los campos y los bosques
Que le piden la virtud a su sudor;
Que se siente derrotado
Sin siquiera haber luchado,
Cual un ente femenino,
Que se sabe sin poder fecundador.