Ay, cómo desfallezco al mencionarte
Sabiendo que un ingenio más dotado
en elogios prodiga su talento
Y cantando tu fama me amordaza.
Mas tu virtud, oceánica planicie,
Tolera vela humilde o arrogante.
Mi barca audaz, aunque se sabe indigna,
Boga obstinada en la llanura undosa.
Tu ola más sutil me tendrá a flote
Mientras él surca abismos insondables.
Si me hundo, soy sólo una chalupa,
El, alto bajel y arboladura.
Y si luego él prospera y yo naufrago,
Por culpa de mi amor me habré perdido.