Sí vacía, sí pomposa,
Sí ruin, sí delictuosa,
Sí maligna, sí cobarde,
Sí proterva, sí bestial humanidad:
Pon la faz arrebolada
Mas abajo de la nada,
Más abajo, todavía.
Pues te voy a maldecir y apostrofar.
Soy tu padre, tu poeta.
Tu maestro, tu profeta,
Tu señor indiscutible,
Tu verdugo sin entrañas y tu juez.
No me asustas: te domino,
Te someto, te fascino
Con la luz esplendorosa
Con el hierro incandescente de la fe!