Así pongo vacilante,
Sobre cada consonante,
Las ideas que me brotan,
Ni lo sé, ni lo sabré, para que fin;
Así va fugaz y terso,
Reflejando cada verso
Las bellezas o las sombras
De los días que lo vieron, al surgir;
Así marcha mi discurso
Sin pensar en el concurso
De las hondas energías
Que lo exprimen en mi seno, sin dolor;
Así vibra mi elocuencia
Sin la mínima conciencia,
De los círculos postreros
Donde tenga que cesar su vibración.